Como lo lee, la Clark Brothers Co. Olean se rehúsa a abdicar. Durante más de 120 años ha resistido la embestida del tiempo y la escasez de piezas, viendo transmutar su interior sin dejar de contornear la madera, transformando bolos en cuadrantes y tablas de diferentes calidades y medidas con su afilada hoja.

No ha sido fácil sobrevivir a más de un siglo de existencia enfrentando tales vicisitudes sin negarse a contribuir con el desarrollo de los pineros; la voluntad e inventiva de quienes la manejan han permitido que el aserrío de la Empresa Agroforestal Isla de la Juventud todavía aporte y nos cuente historias con el trozar de los troncos.

Es inevitable no impresionarse con el estridente sonido mientras se despedazan los enormes maderos, la gigantesca rueda que soporta la hoja, el olor de la madera aserrada, el ajetreo de los hombres, la imponente estructura de la vetusta maquinaria que no esconde el cruel paso del tiempo y –más de 120 años después– continúa alargando su existencia sin la posibilidad de modernizarse.
MÁS DE UN SIGLO DE DENTELLADAS A LA MADERA
“Para que se mantenga funcionando debemos estar encima de ella –destacó Daniel Rodríguez Correa, jefe del aserrío en la entidad–engrasándola a diario, apretando tuercas; cualquier día, incluso domingo, venimos y le pasamos la mano”.
Considerando que muchos de los componentes que arman ese equipamiento son adaptados, porque las piezas ya no vienen, el movimiento anirista allí es fuerte. Con el aserrío logran producir un promedio diario de cinco a seis metros cúbicos (m³) de madera aserrada sin “sofocarlo” mucho, para tratar de no desgastarlo en exceso.
Este es precisamente uno de los procesos productivos encadenados en la empresa que comienza en el campo con el corte de los bolos; estos luego son trasladados a la industria donde según nos cuenta Yailén Caballero Sterling, directora adjunta de la empresa, se obtienen tablas y cuadrantes de diferentes categorías y medidas.
“Tenemos un plan anual de madera aserrada de 1 770 m³ para tablas A, B y C y sus derivados y 500 m³ de cuadrantes destinados a la reserva estratégica de madera del país”, precisó Caballero Sterling.
“Las tablas categoría A sobresalen como las mejores, las B son de calidad media, mientras las C son las más pequeñas. Aquí todo tiene utilidad y va dirigido a satisfacer la demanda que tenemos, sobre todo para la confección de sarcófagos, el cual constituye nuestro principal encargo social.
“Asimismo, producimos para las inversiones, el encofrado, madera rolliza para el apuntalamiento de las construcciones, entre otras actividades de la economía del territorio.
“Es de destacar que la Isla pasó a garantizar la reserva estratégica de madera del país, por lo cual tenemos que producir cuadrantes para almacenar por si ocurre cualquier situación excepcional, la nación disponga de ese valioso recurso aquí”.
Otras entidades también se benefician con las producciones del aserrío, en este caso ponderó Rodríguez Correa que confeccionan palés para las campañas de producción del mango y el tomate, cajas y paletas destinadas a la Empresa de Mármol para el traslado de las fabricaciones que se hacen con ese mineral, el programa de la vivienda y los diversos surtidos que se fabrican en la carpintería de la empresa.
“La costanera se utiliza en la construcción de facilidades temporales, el aserrín se aplica a los cultivos en la agricultura, la viruta sirve para proporcionar calor a los pollitos y recoger la humedad, en tanto otros restos de madera pueden ser empleados como leña.
“Trabajamos fundamentalmente con el pino, además de la acacia. El mecanismo del aserrío no es complejo, tenemos un carro sobre raíles que es donde va situado el bolo y se mueve de un lado a otro, pasando el madero por la sierra según la medida proporcionada por el operario.

“Los integrantes de la brigada conocen bien sus funciones y les gusta lo que hacen. Este grupo debe completarse con 16 trabajadores, pero en la actualidad somos diez. No obstante así laboramos sin dificultad.
“Contamos con un afilador encargado del mantenimiento a las hojas de la sierra, estas no se pueden utilizar más de dos días consecutivos, por lo tanto las vamos rotando”.

OTRO ESLABÓN DEL ENCADENAMIENTO
La carpintería es la otra unidad que se encadena en el proceso productivo de la empresa. Dicho colectivo lo integran cuatro carpinteros, incluido su jefe Francisco Alberto Borrego Montano. Para dar forma a los diferentes surtidos disponen de un mayor número de equipamientos.
Allí el sonido de la garlopa, sierra, lijadora, el cepillo o el torno, es resonante. “La madera viene del propio aserrío –señaló Borrego Montano–; confeccionamos puertas, marcos de ventanas y puertas, camas, bastidores, repisas y otros surtidos útiles para el hogar.

“Utilizamos mayormente el pino, mas cuando se trabaja con esta madera húmeda embota la lija y no hay suficiente. De la acacia no siempre tenemos, sin embargo en la medida en que se pueda cortar tratamos de salir adelante”.
Explicó que la madera lleva un proceso de secado y en ocasiones no da tiempo porque la demanda es elevada.
En ese local se apela a la capacidad de los operarios para buscar alternativas antes la carencia de piezas de repuesto, “si la cuchilla se rompe la buscamos por otro lado, hacemos adaptaciones de piezas de equipos en desuso y en el caso de las hojas de sierra que son de tungsteno si se dañan la adaptamos a diente.
“El equipo de la carpintería es uno, somos bastante unidos y hacemos de todo. Los clientes nos han mostrado su satisfacción por cuanto hacemos y en esa medida se incrementan las solicitudes que son proporcionales a nuestros deseos de trabajar”.
Agregó la directora adjunta de la Empresa Agroforestal que los colectivos del aserrío y la carpintería tienen previsto en marzo transitar a colectivos laborales a partir de la Resolución 600/2021.
Un modelo de gestión económica que les permitirá aprovechar la flexibilización en las relaciones laborales y salariales que propone dicha legislación.
La creación de los colectivos laborales constituye una de las 63 medidas aprobadas por el Gobierno Cubano para dinamizar el sector de la agricultura, incrementar las ofertas y despejar las deficiencias en los sistemas de pago y las condiciones de trabajo en el ramo.
A la vez se convierte en una herramienta para combatir la baja productividad de la fuerza estatal vinculada de forma directa a la producción, el desaprovechamiento de la jornada laboral, la falta de estimulación del personal, el descontento con el salario, los mecanismos burocráticos, entre otras insatisfacciones.
De acuerdo con dicha legislación el jefe de Colectivo define el sistema de pago a utilizar y acuerda con los trabajadores los ingresos a pagar a cada uno como salario, en correspondencia con la situación productiva, económica y financiera de su área, y de conformidad con lo establecido por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.