Salvar al hombre y convertirlo en ciudadano útil a la sociedad es la máxima que conduce a la reiserción de sancionados en libertad. Cómo se cumple con esta actividad de control, influencia y atención fue objeto de análisis durante el Decimotercer Taller de Juez de Ejecución en la Isla de la Juventud.

El ejercicio, de acuerdo con Arismeldo Leyva Salazar, presidente del Tribunal Municipal, arrojó entre sus resultados la tendencia favorable en las verificaciones tanto en la comunidad como en el entorno laboral.
“Tenemos identificados 22 sancionados que presentaron dificultades de conducta en ambos escenarios y estos casos se han ido puntualmente visitando y realizando los análisis correspondientes”.
La actividad del juez de ejecución es de prevención, tiene que ver con la atención que a partir de lo que establece la Ley 60 de la Constitución de la República de Cuba hay que ver una reinserción, en consonancia con las políticas públicas del estado para atender a estos ciudadanos.
“Se hicieron comprobaciones en la comunidad y el trabajo, asociadas a los aportes económicos del territorio, en el orden de la agricultura, de la construcción, de la limpieza del hospital, el embellecimiento de nuestras calles con Comunales. Así como la participación de estos en actividades de los CDR”.
El propósito de este proceso es precisamente que los sancionados en libertad se sientan aceptados e integrados en todas las áreas de la vida.
En esta vital labor participan organizaciones políticas y de masa, presidentes de consejos populares, trabajadores sociales, salud pública, el Ministerio de Trabajo y otros organismos que propician la vuelta a un entorno de normalidad para los pineros bajo esa condición.

Hasta la fecha existen 335 controlados, y de ellos 295 están incorporados al trabajo, mantienen buena conducta en sus lugares de residencia y se aprecian avances en el cumplimiento de la responsabilidad civil.
Este taller sirvió como punto de partida para perfeccionar las estrategias que hoy se implementan, en especial desde las comunidades, para que los sancionados se conviertan en hombres y mujeres de bien, aportando al desarrollo económico y social del territorio.
Una vez más quedó de manifiesto el sentido humanista de la Revolución, que apuesta por la justicia, la utilidad de la virtud y la igualdad de oportunidades, bajo el precepto de que los errores no son cadenas que arrastran sino dificultades que con esfuerzo se vencen.
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