
Los abuelos son esas personas con plata en el pelo y oro en el corazón; no corren porque siempre caminan de la mano de sus nietos, con quienes actúan incondicionales; héroes de nuestras batallas; educadores sin títulos, pero con los mejores resultados. En sus brazos encontramos refugio, amor, malcriadez, vitamina, paz, consejos, luz…
Justo en busca de esos semblantes marcados por el tiempo fueron profesores y alumnos de la primaria Josué País García cargados con bolsos para tomar por “asalto” la “calle de los abuelos”, como comúnmente llaman de forma metafórica a la explanada de calle 37 entre 18 y 14, en Nueva Gerona, al ubicarse allí dos instituciones de salud: el hogar de ancianos Francisca Navia Cuadrado y la casa de abuelos Alegría de vivir.
No importaba que hubiese pasado el primero de octubre, fecha en que se celebra el Día Internacional del Adulto Mayor, su misión era compartirles objetos recolectados: aseo, ropas, bisutería, refrescos, muletas y, sobre todo, un poco de su alegría contagiosa.
De la voz de sus educadores, con anterioridad, los pioneros conocieron cómo Cuba es hoy uno de los países más envejecidos en la región, con 2 328 000 adultos mayores, lo cual representa el 20,8 por ciento del total de la población.
Por esto y más sintieron la necesidad de compartir con los ancianos, aprender de ellos, darles cariño, recordarles lo útiles que son y brindarles sus manos para ayudarlos, recitarles, oxigenarlos con risas, apoyarlos y animarlos a mantenerse en buena forma física y mental.
“Hemos traído vestuario para mujeres y hombres, utensilios de limpieza, útiles para el trabajo de la institución relacionado con la rehabilitación, papeles de colores, tijeras. También aseo personal y medicamentos especializados”, dijo Reinaldo Medina Nuevo, director del centro educacional y fiel seguidor de las acciones de solidaridad inspirado en el legado del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.
Rosa Jiménez, Elba Cuba, Saida Jardines, Simeón Rodríguez, Jesús Téllez, Jorge Nemesio, Luis Estanislao, Ubaldo Méndez, Clorobaldo Herrera, José Luis Áreas, son solo algunos de los nombres de los 42 longevos residentes en el Francisca Navia Cuadrado que bien disfrutaron de este encuentro en el que a más de uno se le escapó una lágrima de esas que se sienten bonito, porque son de pura felicidad.
Para quienes estuvimos presentes resultó imposible no percibir la buena vibra dejada por los pioneros en este lugar donde la vida cambia para bien.

