Alerta para la denuncia y la veracidad

Redacción digital

El Día Internacional del Periodista, cada ocho de septiembre, lo puso en peligro de extinción años atrás el neoliberalismo, pero la alerta hecha ante la amenaza fascista por el luchador y periodista checoslovaco Julius Fucik, ejecutado por la Gestapo nazi en esa fecha de 1943, tiene hoy más vigencia en defensa de la verdad, la justicia y los pueblos.

Imposible dejar de reflexionar de su colosal denuncia a la ignominia fascista: “Reportaje al pie de la horca”, clandestinamente sacado hoja por hoja de la cárcel, publicado en 1945 y traducido luego a ochenta idiomas, del ejemplo del héroe, de las misiones actuales y de los retos que tenemos los integrantes de la Unión de Periodistas de Cuba (Upec), en el compromiso con la Patria, con la Humanidad, con los periodistas mayores que fueron Martí y Fidel.

Esta celebración, sin embargo, no se rememora con discursos: se honra en la acción, en cada palabra expresada con honestidad y hondura en nuestros espacios impresos, digitales, radiales o televisivos para informar, orientar, argumentar y contribuir a la solución de problemas.

Honramos la fecha en cada silencio que decide romperse para contar lo que el pueblo necesita saber y con la denuncia oportuna a errores y distorsiones que deben eliminarse o corregirse, así como a las injusticias que ofenden la dignidad humana, como el genocidio del que son víctimas los palestinos en Gaza y otros territorios, con sus periodistas en primera línea de esa lucha heroica.

Por eso junto a la solidaridad, nuestra condena luego de un agosto que fue mortal para los periodistas palestinos en esa franja, donde fueron asesinados por las fuerzas de ocupación israelíes 15 profesionales de la comunicación y con los cuales suman ya cerca de 250 mientras cumplían su labor informativa desde el enclave, hoy el lugar más peligroso para esos trabajadores.

La constante desinformación contra nuestros pueblos, la avalancha de noticias falsas y la grosera manipulación de la opinión pública por los medios hegemónicos del imperio no solo inundan las redes sociales en Internet y las nuevas tecnologías, sino que también han transformado el panorama mediático, devenido campo de batalla crucial para periodistas y comunicadores cubanos y todo el pueblo.

Urge fomentar los debates éticos y culturales para definir los mejores caminos en la articulación tecnológica y preservar los valores fundamentales de la sociedad, así como actualizarnos para aprovechar mejor las grandes oportunidades que también deja la interacción frente a la desinformación, el discurso de odio y la manipulación despiadada contra Cuba y otros que luchan por sus derechos.

Tienen mucha razón mis colegas más inmersos en las plataformas digitales porque esas redes virtuales pueden fomentar la movilización popular y construir una ciudadanía informada, crítica y activa cuando se usan con inteligencia como encauza nuestra nación.

“En este contexto, –como afirmara Miguel Díaz-Canel Bermúdez, presidente de la República de Cuba– el periodismo cubano tiene la responsabilidad de superarse a sí mismo, como un faro de veracidad y ética. Debemos utilizar las herramientas digitales no para seguir tendencias, sino para educar, para formar conciencia y para defender la verdad”.

Pero no solo es asunto del gremio periodístico, es responsabilidad igualmente de la gente común, instituciones y asociaciones diversas que requieren de la hoy imprescindible comunicación, pues somos pueblos tejiendo redes, en aras de explorar las potencialidades emancipadoras de esas plataformas contemporáneas.

Alerta para la denuncia oportuna, la veracidad de la información y la movilización popular en favor de la justicia deviene este Día Internacional del Periodista, cada septiembre, y más frente a la creciente amenaza fascista que extiende el genocidio más allá de Gaza agredida y el terrorismo imperial en el Caribe.

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Isla de la Juventud Opinión
Diego Rodríguez Molina
Diego Rodríguez Molina

Licenciado en Periodismo en la Universidad de La Habana.

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