“Participar en este tipo de eventos nos ayuda muchísimo, si la finca hoy exhibe un avance importante se debe a las experiencias que hemos adquirido en estos encuentros”, así de complacidos expresaron Annerys Rivas Ávila y Raudel Rives Pantoja, titulares de la Finca Agroturística Agua Santa tras participar en el IX Encuentro Internacional de Agroecología, Soberanía Alimentaria, Educación Nutricional y Cooperativismo, que se desarrolló del 17 al 22 del presente mes en La Habana.

La cita que reunió a más de un centenar de delegados de varias naciones dotó a los representantes pineros de provechosas herramientas para continuar perfeccionando el quehacer en su finca a partir de un paquete de saberes adquiridos en conferencias magistrales, visitas a cooperativas y fincas de campesinos con experiencia en el Movimiento Agroecológico de Campesino a Campesino (MACaC), el trabajo en comisiones donde se abordaron temáticas relacionadas con la agricultura familiar y soberanía alimentaria, agroecología y medio ambiente, biodiversidad y semilla, reforma agraria y cooperativismo, y procesos de formación y la promoción agroecológica, entre otras actividades.
“Hemos captado experiencia para nuestro trabajo de la finca de otras provincias, no solo de La Habana, en la forma de organizar los procesos, de aplicar las técnicas de agroecología según las características de cada lugar. Apreciamos diferentes modelos de fincas con su organización, forma de trabajar y ahora debemos analizar cuáles se ajustan a la nuestra”, señalaron.
“De igual manera pudimos intercambiar semillas con los participantes cubanos de otras provincias como variedades de la cúrcuma y el jengibre diferentes a las que tenemos en la Isla.
Consideramos que urge trabajar más en la organización y el apoyo a los campesinos, porque para acá percibimos mucho más movimiento en la producción de alimentos”.

Annerys y Raudel de conjunto con el resto de los cubanos participantes en el evento lograron intercambiar experiencias con delegados de Puerto Rico, República Dominicana, Colombia, Honduras, Ecuador, Argentina, Mozambique, Sri Lanka (muy interesados en la forma de conservar la semilla autóctonas de cada finca) y Alemania con quien los pineros compartieron el proyecto que desarrollaron con la escuela Tamara Bunke.
“Todo se vincula incluso hasta la labor comunitaria –reflexionaron–, se habló mucho de la diversidad que hay que tener en la finca, el tema social, el trabajo con las nuevas generaciones que a nosotros nos beneficia mucho con lo que hemos conseguido con los centros educacionales, los estudiantes de la escuela Bruno Hernández que son adolescentes, la primaria, la escuela especial, en fin todos los niños y jóvens que tenemos vinculados al proyecto”.
A pesar de lo denso del programa que también dedicó espacios para debatir en paneles sobre los retos y desafíos de la agroecología, la sostenibilidad ecológica, económica y social de las fincas agroecológicas y las afectaciones del bloqueo estadounidense a la agricultura cubana y las zonas rurales, hubo un momento especial dedicado al intercambio de tradiciones donde Annerys y Raudel deleitaron a los presentes con el baile de sucu suco.

