
La Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) de Estados Unidos anunció que los estados y ciudades que deseen acceder a fondos federales para la preparación ante desastres naturales deberán certificar que no boicotean a empresas israelíes.
Según los términos publicados en al menos 11 avisos de concesión revisados por Reuters, esta condición afecta a más de 1 900 millones de dólares destinados a cubrir gastos como equipos de búsqueda y rescate, salarios de gestores de emergencias y sistemas de energía de respaldo.
La medida, respaldada por el presidente Donald Trump, forma parte de una política más amplia que busca penalizar a entidades que apoyen el movimiento Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS), el cual promueve presión económica sobre la entidad israelí por su ocupación de territorios palestinos.
Esta acción representa un nuevo ejemplo del uso de la financiación federal regular por parte de la actual administración como herramienta para promover su agenda política, en este caso vinculada a su firme postura proisraelí.
Durante años anteriores, FEMA también exigió que los estados destinaran parte de los fondos federales antiterroristas a apoyar campañas de detención de inmigrantes, alineándose con las prioridades migratorias de Trump.
El republicano adoptó anteriormente posturas similares en otros ámbitos, como amenazar con retirar fondos federales a universidades que no repriman campañas estudiantiles pro-palestinas, especialmente aquellas que promueven el BDS.
(Con información de Almayadeen)
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