Sumario: Hogares y barriadas fueron escenario del reconocimiento en recordación a esa victoria hace 64 años frente a la invasión mercenaria.

“Es muy grande la emoción por homenajes como este donde vivimos junto al barrio, pero mayor es el reto asumido de lograr que la juventud siga nuestros pasos y defiendan con heroísmo a la Patria, que sigue amenazada por el mismo imperio que lanzó la invasión mercenaria en abril de 1961”, expresó el Guillermo Álvarez Pacheco, combatiente de Playa Girón junto a familiares y vecinos en la barriada de Micro 70 al recibir el reconocimiento de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana (ACRC) junto a otras organizaciones e instituciones.
“Nuestros muchachos tienen ese afán y debemos confiar más en ellos y no dudar en darles las nuevas misiones que aseguren la continuidad de nuestro proceso revolucionario”, reiteró el capitán de fragata (de la reserva) de las Fuerzas Armadas Revolucionarias e integrante hace 64 años del Batallón 327 de infantería que subordinado al Ejército Central bajo las órdenes del Comandante Juan Almeida Bosque se desplegó en Caleta del Toro para frenar el avance de los mercenarios.
Conmovedores encuentros como este tuvieron lugar el sábado último en los propios hogares y barrios de quienes con muy corta edad conquistaron esa victoria lograda hace 64 años al propinarle al imperio estadounidense su primera gran derrota militar en América, liderados por Fidel, a quien le dedicaron palabras de gratitud y compromiso a seguir su legado.
El teniente coronel de la reserva Juan Carlos Romero Elizarde, presidente de la ACRC en la Isla de La Juventud, Enrique Hidalgo Bruzón, vicepresidente, así como representantes del Partido, la CTC, del Ministerio del Interior y de la Unión de Jóvenes Comunistas, entre otros, también llegaron con su homenaje hasta el apartamento de Eutiquio Hernández Ramírez, en la comunidad Atanagildo Cajigal.

Eutiquio, como hizo el resto de los nueve restantes participantes en esos combates, ratificó el orgullo y disposición de seguir en la lucha junto a las nuevas generaciones de cubanos que tampoco claudican ante las nuevas agresiones y amenazas del mismo enemigo.
Al entregársele el agasajo del pueblo en su propia casa en La Fe, Leandro Cancio Lamela, mostró la boina usada en la epopeya, el palito que mordía fuerte ante las explosiones de los bombardeos y rememoró detalles del cerco tendido a una gran cantidad de invasores, quienes finalmente terminaron rindiéndose y alegando que venían como enfermeros o cocineros para evadir responsabilidades mayores.

Aunque Raúl Villalón Torres y Gabriel Pino Martín recibieron los diplomas de homenaje en el Día Territorial de la Defensa en el consejo popular 26 de Julio donde residen esa misma mañana, no dejaron de recibir en sus hogares varios presentes, entre ellos alimentos y medios de aseo personal, igualmente dejados a los otros combatientes y sus familias.
Otros homenajeados fueron Luciano Méndez García, Miguel Enrique Trujillo Chuchundegui, Enrique Miranda Montalvo, en el reparto Abel Santamaría, Danilo Jorrín Piedra, de la comunidad Juan Delio Chacón, Estos sobrevivientes cuentan en sus historias el orgullo de muchos de haber participado en la lucha contra bandidos y otros momentos en defensa de la Revolución, así como del protagonismo de los 150 revolucionarios caídos en combate durante aquella gesta, en la cual fueron asesinados civiles de aquellos parajes al sur de la provincia de Matanzas por la aviación invasora.



