Rostros altruistas

Pablo Frómeta Pérez, gloria del deporte paralímpico, acompañado de Elizabeth Sotolongo Garcés, secretaria general de los Trabajadores de la Construcción e Hidráulicos, contribuyó con su altruismo a que el programa de donaciones de sangre del municipio sea más sólido.

Manifiesta Pablo su orgullo al donar sangre de forma voluntaria porque esta ni se compra ni se vende/ FOTO: Gloria Morales Campanioni

Como parte de las actividades sindicales en el año del aniversario 85 de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) y, además, del programa previo al XXIl Congreso de esta fuerza, a desarrollarse en abril del 2025, acudieron al banco de sangre municipal (BSM) Roberto Hernández Smith, en Nueva Gerona, para sumar gotas a las 145 donaciones establecidas por esta institución cada mes.

Ohalis Morales Estrada, directora de esta institución, agradeció el gesto de la CTC, pues así garantizan sangre del Grupo B Negativo, entre los más difíciles de localizar, además del AB Negativo, el O Negativo y el A Negativo, los cuales entran en la categoría de grupos controlados, por lo cual permanecen localizables ante cualquier situación de emergencia.

“Pensar que la vida de alguien puede depender de esas gotas de sangre para defender su salud hace que no se espere convocatoria; cada vez que pueda aquí estará extendido mi brazo, ya sea por el Inder, ante el llamado de los Comités de Defensa de la Revolución o de cualquier frente”, expresó el exatleta.

Como él otros trabajadores contribuyen a diario, de forma altruista, a salvaguardar a sus coterráneos, incrementar la esperanza y la calidad de vida de pacientes con enfermedades mortales, apoyar procedimientos médicos y quirúrgicos complejos, además de ser útil en el Programa Materno Infantil u otras Emergencias.

“Seguiré al pie de la letra las prescripciones médicas, como no montar bicicleta después de la extracción, tampoco realizar ejercicios físicos bruscos ni ingerir bebidas alcohólicas hasta después de comer, tomar bastantes líquidos y cumplir con la dieta. Me explicaron que con cada donación salvo tres vidas, lo hago con mucho orgullo, la sangre ni se compra ni se vende”, subraya de manera enfática la gloria del deporte paralímpico.

Pablo, acompañado de Elizabeth, momento después de él haber donado sangre/ FOTO: Gloria Morales Campanioni

Por su parte,  Elizabeth Sotolongo destaca la nobleza de cientos de afiliados del sector estatal, jubilados y nuevos actores económicos, agrupados en 697 secciones sindicales de la Isla, que se suman a las estadísticas de donantes voluntarios regular y repetitivo (habitual). Ellos contribuyen con su gesto a aportar este vital líquido y detener la necesidad de recurrir a donantes familiares.

Esta iniciativa sindical no es algo fortuito, siempre se pueden encontrar en el banco de sangre municipal manos extendidas y corazones dispuestos entre la masa laboral. Hombres y mujeres que se convierten en héroes con solo un gesto de amor.

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