Hay buenos ejemplos de constancia, conocimiento y trabajo de la tierra en Isla de la Juventud. Entre ellos destaca el ingeniero agrónomo Francisco Hernández Rodríguez (Paquito), quien desde La Granjita aprovecha cada experiencia para multiplicar resultados.

Siempre activo en su finca, este campesino usufructuario le sabe a la tierra porque nunca deja de investigar. Algunas experiencias se guían por las Leyes de Mendel, ejemplo de cómo la ciencia se hace vital en la agricultura.
Uno de sus proyectos más novedosos e innovadores permite producir semillas de papa ecológica, cuya conservación se sustenta en el uso de arena sílice.

El objetivo principal es obtener simientes de alta calidad y bajo costo que se puedan almacenar fuera de refrigeración hasta la próxima campaña.
“Imagina que producir la semilla aquí ahorraría al país cerca de dos millones de dólares por concepto de importación; además, permite sembrar el tubérculo de varias maneras, semilla botánica, grelos, posturas a partir de grelos y esquejes”, señaló .
Su proyecto está financiado por la Delegación Territorial del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente y aunque existen algunos obstáculos que no han permitido multiplicar la experiencia, no detiene su motivación.
Explica Paquito que la arena sílice tiene la porosidad para absorber la humedad, causante de la oxidación, el deterioro del tubérculo.
La Granjita tiene seis hectáreas y en ellas este agrónomo se dedica a la producción de frutales y cultivos varios. Al punto de que cuentan con 76 tipos de frutales. También tiene su rebaño de ganado menor. Cada rincón se aprovecha, se respira un aire diferente, belleza en los cultivos y la satisfacción de quien ama lo que hace.
“Tengo también un proyecto para la ceba y el desarrollo de la cría de conejo con muy buenos resultados; teníamos 60 reproductoras y cada mes logramos 100 conejos de dos kilogramos para el consumo”.
Pero sus ideas y proyectos no paran. Paquito tiene en desarrollo otro que se centra en la producción de alimento animal, maíz, sorgo, girasol, soya y trigo. Aunque este no está financiado por el Citma.
“Con eso hago un pienso especial; para la siembra uso medios biológicos y materia orgánica. Confecciono el compós, lo mezclo con aserrín bien descompuesto y le hecho zeolita –microrganismo eficiente– y oye, todo lo que siembro con eso se da”.

La Isla de la Juventud necesita más hombres como Paquito, quien junto a su hijo demuestra que sí se puede en una finca donde no desaprovecha ni un cantero.
“La agricultura tiene que gustarle a uno, enamorarte de ella. Así cuando tú siembras una planta, el ver los resultados, cómo se desarrolla, te hace sentir en armonía.
“¿Has visto esa papa sembrada allí? Me siento satisfecho, es una hermosura”.
En esta visita a La Granjita queda el compromiso de regresar, tomar una tacita de café y escuchar a quien cuenta con orgullo su día a día. Harían falta muchas más líneas para cubrir su obra. Pues hombres como Paquito se necesitan en todas partes.
Otros artículos del autor:
- None Found