El Abra, sitio sagrado de la nación

El ciclón de 1926 fustiga el pintoresco paraje donde José Julián Martí Pérez, liberado del presidio y los trabajos forzosos en las Canteras de San Lázaro, permanece 65 días en su condición de confinado político hasta su partida a La Habana para ser deportado a España.

Foto: Internet

En la finca El Abra, su propietario, el catalán José María Sardá Gironella y su esposa Trinidad Valdés Amador amparan al adolescente de 17 años que, poco a poco, sana sus heridas y se entrega a la lectura en medio de esa quietud, la cobija de la frondosa ceiba y la contemplación del reloj de sol.

Transcurre el tiempo y al empeño de José Elías Sardá de reparar la edificación familiar semidestruida se une el ímpetu aglutinador del juez municipal y correccional Waldo Medina Méndez, recién llegado a Isla de Pinos, hoy Isla de la Juventud. Ambos promueven una campaña en favor de la restauración del sitio de gran valor histórico, natural y arquitectónico.

En 1943, crean el Comité Pro-Reconstrucción de la residencia de Martí en la finca El Abra y entre los integrantes figuran Ramón Llorca Soto, alcalde municipal; los esposos Sergio Montané Soto y Zenaida Oropesa Soto, unidos a otros pineros que ofrecen   importantes contribuciones, con las cuales adquieren los materiales.

Acuden al Presidio Modelo en busca de mano de obra y consiguen que 17 reclusos acepten la propuesta a cambio de la rebaja de sus condenas.

El 28 de enero de 1944, hace 80 años, abre sus puertas como Museo Martiano –aunque también lo llaman “la casita de Martí”– en el recinto que fuera la habitación ocupada por el Más Universal de los Cubanos.

Conforman la colección inicial el mobiliario de la casa, algunos objetos conservados por los descendientes de la familia Sardá y otros donados por personalidades como el Dr. Emilio Roig de Leuchsenring –primer Historiador de La Habana–, el Retratista de Mérito Enrique Caravia y Montenegro junto a Domingo Ravenet Esquerdo, pintor cubano nacido en España.

A petición de la Sra. Zenaida Oropesa, el Ayuntamiento de Nueva Gerona le entrega al juez Medina Méndez el Título de Hijo Adoptivo de Isla de Pinos.

En la visita del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz al territorio, en 1960, al ver las fotografías del complejo arquitectónico con la casa tipo masía catalana, única de ese estilo constructivo en Cuba, orienta al ministerio de Obras Públicas reconstruir toda la finca con igual estructura que cuando estuvo el Apóstol de la Independencia siendo adolescente, estas reparaciones quedan terminadas en 1962, con la presente estructura y un criterio más acorde con la ciencia museológica.

En los fondos de la casa museo se conservan artículos personales, muebles y parte del ajuar doméstico usado por el patriota mientras estuvo allí, como un libro autobiografiado por Fermín Valdés Domínguez, la réplica del grillete que llevara en las Canteras de San Lázaro y el crucifijo que el joven revolucionario regalara a Trinidad Valdés.

El Abra, hoy Monumento Nacional, es un sitio sagrado de la Patria por donde pasan figuras cimeras de la política y cultura de la nación: Fidel, Raúl, el Che, Camilo, Alicia Alonso, así como mandatarios y delegaciones de naciones amigas, grupos de trabajo de estudiosos y la propia población pinera.

Se convierte, a su vez, en escenario de homenajes, peregrinaciones, acampadas pioneriles y juveniles, encuentros de artistas e intelectuales, simposios, actos políticos y eventos relacionados con la vida del Héroe Nacional.

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Historia Isla de la Juventud
Mayra Lamotte Castillo
Mayra Lamotte Castillo

Licenciada en Periodismo en la Universidad de La Habana; tiene más de 40 años en la profesión.

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