¿Qué significa ser una persona vulnerable? He ahí un adjetivo que tiene múltiples lecturas. Aquiles, “el de los pies ligeros”, era invulnerable, excepto por el talón, ese sitio por donde lo sujetaron cuando lo sumergieron en el río del infierno que lo dotaba de un cuerpo inmune a las flechas: solo por el talón podría encontrar la muerte.
Pero todos los mortales somos vulnerables a las flechas, al frío, al miedo, al amor, a la muerte. No escapan de esa condición ricos ni pobres. Cuando entre nosotros hablamos de personas vulnerables nos referimos a las que en el seno de la sociedad merecen atención en los planos de la salud, sostén doméstico, ingresos económicos, y que solemos identificar con el eufemístico término de caso social.

Hoy el concepto vulnerable en la sociedad cubana se vuelve más amplio y movedizo. La inflación y los altísimos precios nos ponen –a la inmensa mayoría– en condición de vulnerabilidad ante el mercado que balancea demandas, ofertas y que no suele ser solidario.
Otras vulnerabilidades se manifiestan con rostros y nombres en el entramado social: las personas mayores, tal vez uno de los grupos a los que hay que prestar más atención; no solo porque son mayoría, sino porque muchos viven solos, sus nietos emigraron, a veces no aparecen los medicamentos, o la consulta médica. No pocos de ellos jubilados con bajísimas pensiones.
Sabemos que el bloqueo asfixia y lastima a la gente, y que la justicia social necesita que la Revolución tenga financiamientos que hoy andan tan escasos. Pero, ¿cómo atender mejor una sociedad que envejece? La pregunta exige recursos materiales y mucha espiritualidad por el amor y el respeto.
Vulnerables son también los niños, que crecen bajo la influencia deformadora de otras fuentes “educativas” que rebasan la escuela o la familia. Se les van rápido la infancia y la inocencia; a veces los propios padres los empujan a comportamientos que hoy parecen gracias, y mañana, brechas de malas actitudes.
Hay mujeres vulnerables que trabajan doble, son golpeadas o terminan en la lista de feminicidios por un hombre que se cree dueño de una esclava. Hay jóvenes vulnerables que están vacíos de contenido y prefieren en la esquina comprar un poco de droga para apaciguar quién sabe qué locura; jóvenes con los que nadie se sienta a hablar del valor de la vida o la familia.
Muy vulnerables son los que odian mucho y no aman; los que no tienen fe en su tierra; los que no respetan las opiniones ajenas, ni las culturas, ni las espiritualidades. El hombre es un ser muy frágil y vulnerable que puede matar o destruir. No es Aquiles, “el de los pies ligeros”, pero puede armarse de la coraza del amor y salvar al que va a ahogarse. Es entonces cuando en el corazón se hace una fiesta que canta a la hermosura y no hay talón que nos destruya.
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