Casita de rostros felices

Foto: Gloria Morales Campanioni

Buscar referencias en el Consejo Popular Micro 70 acerca del Proyecto Oncopediátrico y Comunitario Casita de Chocolate, es yuxtaponer el nombre de la Doctora en Ciencias Pedagógicas Clara Moya Duany, quien lidera este grupo integrado por niños y adolescentes enfermos de cáncer.

Esta iniciativa comenzó en el 2017 con un trabajo educativo que involucra a pacientes, familiares y personal de la salud; de la fecha a la actualidad ha ido madurando en su interrelación con el medio y con instituciones gubernamentales para bien del mejoramiento en la calidad de vida para ellas y ellos, convirtiéndolo en una espiral de amor, ayuda y cooperación.

La idea encuentra su génesis en junio del 2014 con un proyecto colaborativo entre la Facultad de Ciencias Médicas del territorio y el Centro de atención primaria de salud de esa comunidad.

Con una contagiosa alegría este fin de semana los integrantes de Casita… inundaron las inmediaciones de la cafetería de su Consejo Popular, donde decenas de organismos, cederistas, vecinos, la familia y todo el transeúnte que pasaba donó lo mismo una muñeca, libros, lápices, ropas que caramelos, la idea era estar presente para brindar más que lo material, empatía a quienes tanto la necesitan.

Foto: Gloria Morales Campanioni

ENTRE RISAS, PAYASOS Y JUEGOS

Los payasos Si se logra, Tareco y Palitroque pusieron a “gozar” a los presentes con juegos de participación con sus familiares y el grupo de especialistas que los atienden; risas iban y venían, no les importaba el fuerte sol, levantaban sus manos en cada convocatoria de bailar o dramatizar, hubo hasta quien creía estar en un cumpleaños del barrio por la algarabía y disfrute.

No faltó en el encuentro el premio a los participantes en el concurso María Fernanda In Memoriam, en homenaje a una de las niñas que ya no está.

Aunque la muerte -para la que nadie está realmente preparado-genera conflicto en los seres humanos, más cuando son prematuras, resultó emocionante escuchar a la mamá de María Fernanda sentirse agradecida por este gesto tan humano, el cual en medio a veces de tanta tristeza, alegra los corazones y en especial el de ella.

Durante la jornada comunitaria, donde estuvieron las máximas autoridades del territorio, Clara Moya, agradeció esta muestra de humanismo de los organismos y dijo valorar el aporte solidario, “los niños se van a sentir muy felices porque están enfermos, con tratamiento médico priorizado y necesitan un refuerzo en su alimentación”.

La cita dejó abierta la convocatoria para, en el venidero año, premiar a quienes investiguen las razones del Movimiento Popular un 26 en el 24, el cual abraza la concepción de trabajar unidos para merecer en el 2024 la sede del acto central por el Día de la Rebeldía Nacional, 30 años después de aquella primera y única celebración en este territorio, el 26 de julio de 1994 cuando el General de Ejército Raúl Castro en su discurso pronunció: “Sí se puede”.

LA CALIDAD DE VIDA COMO CENTRO

La educadora Moya Duany reiteró los principios de cada acción del proyecto: estimular y lograr el desarrollo social de los infantes, aprovechar las potencialidades de la comunidad para propiciar entornos saludables y así mejorar la calidad de vida de quienes forman parte de esa casita- refugio, donde las tristezas y los dolores se olvidan con actividades recreativas y de esparcimiento, los cuales contribuyen a disminuir los períodos de depresión, tensión e irritabilidad que pueden tener los niños a causa de los tratamientos médicos.

Música, modelaje, poesías regalaron entonces en reciprocidad estos pacientes de cáncer en edades infantojuveniles; sus rostros estaban felices sin importar la neoplasia maligna, la leucemia aguda, el linfoma de Hodking o un tumor del sistema nervioso central.

Claro que de sus labios brotaba alegría e ingenuo, viven en un país donde gracias al desarrollo alcanzado por la salud pública, estas enfermedades se comportan de forma similar al mundo desarrollado.

Casita… desde susinicios ha hilvanado propuestas de acciones preventivas por medio de la promoción de estilos de vida saludables, en busca de incrementar la calidad de la atención al enfermo y a sus cuidadores, que contribuyan a eliminar factores de riesgo importantes para el desarrollo de la enfermedad oncológica en todas sus etapas y edades.

Máxime si tenemos en cuenta que los tratamientos de oncopediatría son uno de los más costosos para el gobierno cubano, con un promedio cercano a los 200 mil dólares al año pues, medicamentos de última generación son comprados a través de terceros países debido a las afectaciones del bloqueo norteamericano.

Una gran familia se reunió en el Consejo Popular Micro 70; todos involucrados sentimentalmente con estos pacientes, por ese instinto interior de amar al otro, por disfrutar de sus travesuras y sonrisas,detalles que refuerzan el afán diario de “pelear” con la muerte ante la búsqueda de algún medicamento o proceder necesitado.

Este sábado los de Casita… nos cobijaron de amor, paz, risas para regalarnos un momento sin celofán solo cargado de magia.

Foto: Gloria Morales Campanioni

 

 

 

 

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