Entre los jóvenes valores del ajedrez cubano en la actualidad está el villaclareño Jerzy Jesús Pérez Leiva (2362). El Maestro Internacional (MI) reúne participaciones en varias ediciones del Memorial Guillermo García.
El fuerte Torneo Internacional Carlos Torre Repetto en Memoriam (con sede en México), el Festival Panamericano de la Juventud (Colombia 2015; segundo puesto en la categoría sub-12). El Festival Centroamericano y del Caribe (Panamá 2017; campeón sub-14), entre otros certámenes.
—Eras el segundo en el ranking inicial en la lid centrocaribeña. ¿Con qué aspiraciones viajaste a Honduras?
—Para este evento, desde que realicé mi planificación para intervenir, mi objetivo fue finalizar en el primer lugar. Necesitaba el título de MI y solo lo conseguiría quedando campeón. Desde el inicio existió un grupo de 15 jugadores que tenían chances de luchar por los primeros puestos.
«Kemel y yo, que éramos los primeros preclasificados, le sacábamos una buena cantidad de puntos en el Elo al resto de los competidores, pero el tercero y el cuarto en el ranking inicial, el nicaragüense José Nahum Espinoza y el costarricense David Alejandro Cabezas, representaron a sus países en la pasada Olimpiada Mundial de Chennai. Para mantener el paso en pos de mi propósito tuve que ser muy preciso y aprovechar cada oportunidad para no perder. Mi actuación allí se ajustó a mi preparación y a mis expectativas».
—En este certamen lograste la corona, el título de MI y una norma de Gran Maestro (GM)…
—En mi carrera he alcanzado los 2400 puntos de rating, pero en cuatro o cinco competiciones se me había hecho esquiva la norma restante para el título de MI. Necesitaba conseguir eso, porque, últimamente, ni teniendo las posibilidades económicas puedes participar en los torneos, si no cuentas con un título de MI que te avale. Algo que también me respalda es la norma de GM que me acerca más a ese título que deseo para continuar avanzando en el ajedrez, pues es imprescindible para llegar a un nivel mundial.
—Coméntame acerca de la rivalidad que tuviste durante el certamen con Kemel.
—Sí, existió rivalidad entre nosotros, pero el deporte es así. Viajamos juntos, nos planificamos juntos y siempre nos ayudamos, pero en el torneo solo había un ganador. La rivalidad es sana y constructiva. La partida entre él y yo fue muy difícil, lo reconozco. Claramente, nos enfrentaremos en otras ocasiones y ojalá que ambos mejoremos nuestro juego. Eso, al final, aporta cosas positivas, en el deporte, sin rivalidad, creo que no se puede prosperar.
—Por último, ¿me regalas algunas palabras sobre tu entrenador Osmani Pedraza?
—Osmani es muy importante en mi carrera deportiva. En la EIDE él supo guiarme muy bien, me enseñó cómo es la actitud de un ajedrecista a la hora de jugar y las cosas necesarias si pretendes lograr un gran resultado. Eso se resume en entrenar mucho y vivir para el ajedrez. Siempre ha tenido una familiaridad tremenda conmigo. También quiero agradecer a Dios por haber sido esta su voluntad, a mis padres Maricel y Jerzy, y al resto de mi familia.
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