En tiempos del neandertal

Las ferias agropecuarias que mes tras mes se realizan en el Municipio vienen “a tirar el salve”, como dicen muchos, a la mesa del pinero; unas veces con mayor presencia de productos, otras con menos, siempre se agradece el esfuerzo de la dirección del territorio y de las empresas con presencia en ellas, mas toca al pueblo revertir el ambiente de “selva” que se aprecia allí.

Específicamente lo que a continuación describirá esta reportera fue lo que apreció en la realizada el sábado ocho de julio en las seis horas de permanencia en el espacioso lugar y donde, vale la salvedad, no fue una generalidad en todos los puntos de venta, pero sí es para preocuparse.

Que hay necesidad y desabastecimiento, es un hecho; que lo que se saca no alcanza para todos, también, aunque se siguen buscando alternativas para que sea lo más equitativa posible la compra, al menos del plato fuerte, pero lo que sí no debe tolerarse es que se convierta en negocio para unos pocos y prevalezca la ley del más fuerte.

Como cromañones no, como verdaderos neandertales se comportaron no pocas mujeres y hombres en las colas donde se expendieron los productos de Pescaisla, los de la Empresa Alimentaria y otros de viandas. Según la amiga Tania González, con vasta experiencia en esos asuntos, hay verdaderos “sindicatos” de asociadas que “marcan” para cinco y luego, en la concreta, resulta que son 50, porque también con tremenda desfachatez y haciendo pasar por bobos a los presentes, gritan a la primera conocida que pasa, “fulana, dale mijita que te marqué”.

El tema libretas da para hacer un libro, vienen con cinco y seis y bueno, ya en lugar, a repartir a quienes solo tienen la suya, como debe ser; conclusión: que se van con el mismo producto repetido y la mayoría de la cola no alcanza.

Impedidos físicos queriendo subestimar la inteligencia de quienes sí durmieron toda la noche en El Rodeo, o llegaron en la madrugada; adultos mayores arremetieron contra otros más añosos; hombres jóvenes y fuertes con sobrada guapería intimidando a los enclenques; mujeres de todas las edades con las chancletas de palo, vociferando improperios y malas palabras a culpables o no por igual y lo más increíble: un ser humano de unos 30 años con una mente tan retrógrada y un machismo ancestral arremetiendo contra tres féminas a la vez.

Personas revendiendo allí mismo lo comprado y que ya se había agotado y otras muchas indisciplinas pululaban a la vista de todos. No es entonces problema de la Policía, ni de quienes venden, sino de quienes asisten allí, como todos, a darle solución en alguna medida a la falta de alimentos, y de los cuales en algunos al parecer no existe humanidad, decencia, ni los más elementales valores.

Lo acontecido en la feria de Nueva Gerona evidentemente ya se ha hecho habitual en mayor o menor medida y desvirtúa su propósito. Resulta inadmisible que traiga más contratiempos que satisfacción al pueblo trabajador que a ella acude y los repudiables procederes imperen sobre el ambiente de disciplina y sobriedad que debiera prevalecer. Toca a cada pinero imponer respeto porque en los tiempos que vivimos más que nunca debemos tener claro que las indisciplinas sociales son ingredientes fundamentales para promover el caos social y la contrarrevolución.

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Isla de la Juventud Opinión
Yojamna Sánchez Ponce de León
Yojamna Sánchez Ponce de León

Licenciada en Literatura y Español en la universidad Carlos Manuel de Céspedes, Isla de la Juventud. Diplomada en Periodismo

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