La alegría irrumpe en el hogar de Antonio Lince, natural de Portugal, y de la cubana América González al dar a luz, aquel siete de julio de 1939, al varón que nombran Arturo y nace en el poblado Monte Ruz, Cemirra, Guantánamo.
El niño inicia sus estudios primarios en la escuelita rural y los finaliza en Guantánamo, donde vive con sus abuelos.
Ya de adolescente comienza la vida laboral en su provincia natal, exactamente en 1953, cuando surge la Generación del Centenario dirigida por el joven abogado Fidel Castro Ruz y nombrada así por emerger en el año en que José Martí arribaba a la centuria de su natalicio y no lo dejan morir.
El joven Arturo Lince González destaca por sus actividades revolucionarias en 1956 cuando participa junto a otros estudiantes, en Guantánamo, en manifestaciones y sabotajes contra la dictadura de Fulgencio Batista, por lo que cae preso y una vez en libertad viaja a Santiago de Cuba donde acomete similares acciones.
En 1957 sube a la Sierra Maestra, donde se une a la Columna Uno del Ejército Rebelde comandada por Fidel; posteriormente lo seleccionan para integrar la Columna Seis Frank País García, que pasa a formar parte del Segundo Frente Oriental, interviene en disímiles combates y merece el grado de primer capitán.
Tras el triunfo revolucionario se gradúa de piloto de aviación y asume varias responsabilidades, entre otras, la de dirigir desde octubre de 1966 en Isla de Pinos el Plan Especial Camilo Cienfuegos, destinado a garantizar la alimentación del pueblo.
Cuatro meses antes, el ciclón Alma ocasiona grandes daños al territorio, arrasa con la ganadería y las granjas agrícolas, entonces fueron convocados contingentes de muchachas y muchachos de toda Cuba, cuya composición era heterogénea en cuanto a procedencia social, escolaridad y preparación política. Lince se apoya en ese capital humano y rescatan e impulsan los planes pecuarios, citrícolas, apícolas y de otros renglones.
El 21 de abril de 1968 lo nombran Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba en la región, cargo que desempeña por más de diez años. Tenía la capacidad de atraer a las personas que en plena calle iban a su encuentro para saludarlo o plantearle algún problema. Su lenguaje y actuar se endurecían ante los malhechores, las indisciplinas o hechos delictivos.
Quienes lo conocieron lo describen como un hombre recto, de gran autoridad, que trabajaba sin descanso y a los demás les exigía lo mismo; contribuye al fortalecimiento del Partido, al desarrollo de Isla de Pinos y –junto al esfuerzo de los jóvenes y el pueblo– a que cambiara de nombre por el de Isla de la Juventud, el dos de agosto de 1978.
Al repasar diferentes momentos de su trayectoria resulta necesario mencionar que lo eligen miembro del Comité Central en el Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba, además de participar en el Segundo y Tercer Congresos partidistas. También al constituirse el Poder Popular queda como Diputado a la Asamblea Nacional por la Isla de la Juventud.
En 1979 le asignan otra misión al servicio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias: la de Jefe de la Sección Agropecuaria en la Empresa Cafetalera, ubicada en la zona montañosa de Guantánamo.
La desempeña con el grado de coronel y le entrega cuerpo y alma hasta su muerte el primero de noviembre de 1987, a causa de un infarto, pero deja un recuerdo imborrable en quienes lo conocieron, trabajaron y lucharon junto a él. En su honor los pineros le pusieron su nombre a la Escuela Municipal del Partido y a un combinado deportivo.
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