
Contemplar las vastas tierras de la Isla dedicadas a la producción de alimentos con el verde de las plantaciones reluciendo por encima de lo mustio, desplazando al marabú, aprovechando cada palmo para sacar frutos y beneficios para el pueblo es el propósito para el cual se trabaja sin descanso y constituye un compromiso de aquellos que de sol a sol ofrecen lo mejor de sí por ver la tierra producir.
El primero de abril del presente año se estableció un compromiso con la máxima dirección del territorio de buscar un incremento en la siembra de arroz durante la actual campaña de primavera, como respuesta a paliar la escasez de ese producto en el país.

Según destacó Yoel Lazo Pérez, director de la Unidad Empresarial de Base Granos de la empresa agroindustrial Jesús Montané Oropesa, “tras un recorrido con el fin de evaluar las posibilidades de abasto de agua, algunas ejecuciones de canales y tuberías acometidas en el polo productivo Julio Antonio Mella, así como un estudio realizado campesino a campesino, se consensuó la cifra de 800 hectáreas (ha), 500 en Mella y 300 entre otros polos como Sabana Grande y La Demajagua que se sumó con dos productores”.
De 28 campesinos con que de manera general se contaba aquí para plantar este cultivo, ascendieron a más de 40 los involucrados en la tarea y alrededor de diez agricultores de arroz popular, que aunque no aparecen incluidos en el plan de las 800 ha, de igual forma favorecerá al incremento y abastecimiento de los poblados.
Dicho compromiso de alcanzar los ocho centenares comienza a materializarse de manera gradual con las primeras 189,1 ha plantadas (hasta el ocho de junio) de ellas 174,1 ha en Julio Antonio Mella y 15 ha en otros polos, la voz de arrancada la dio desde el primero de mayo el productor Wílber Roja, asociado de la cooperativa de créditos y servicios (CCS) Celia Sánchez Manduley con sus 13,42 ha.
A estas más de 180 ha sembradas se suman también 702,12 ha preparadas de manera general, de ellas 613 en Julio Antonio Mella y 89 en otros polos.
“En la Isla la preparación de tierra del arroz iniciaba en mayo –precisó Lazo Pérez–, pero con este aumento de las áreas tuvo que ser en abril. Ya comenzó a llover, estamos adelantando los segundos pases para cuando las precipitaciones sean más intensas tener todo avanzado.
“Sin embargo quedan pendientes diez toneladas (t) de semilla, ya efectuamos el pago en Villa Clara y la respuesta de esos compañeros será del primero al diez de julio para la siembra posterior. Mientras tanto deben arribar entre el diez y el 15 de este mes al Municipio cinco toneladas provenientes de Artemisa.
“No obstante buscamos esta semilla con el productor Ada Piñeiro, rotamos 200 quintales que teníamos en el frigorífico y estamos cosechando entre 18 y 20 t de arroz húmedo haciendo lo posible –en tanto llega aquella respuesta– de resolver con la que poseemos aquí para completar las hectáreas planificadas cada mes”.
PRODUCIR SEMILLA PROPIA ES PRIORIDAD
El tema de la obtención de la semilla es un elemento clave para garantizar la continuidad de este cultivo en próximas campañas.
Constituye un asunto que demanda atención prioritaria teniendo en cuenta la compleja situación que atraviesa el país, el cual no está en condiciones de garantizar este recurso para todos los territorios. De ahí la necesidad de que cada municipio y provincia cree sus propias áreas destinadas a la producción de las simientes.
Israel Lugo Hernández, jefe del Departamento Técnico Productivo de la División Tecnológica de Arroz, enfatizó en la plenaria celebrada acá que urge estructurar un programa donde se seleccionen los productores, las áreas y la variedad. Destacó que como incentivo adicional la semilla posee un precio de un 30 por ciento por encima del valor del arroz destinado al consumo.
Manifestó que apoyarán con semilla certificada, de categoría y básica para producir aquí, ello asegura rendimiento y calidad en el cultivo. Asimismo, proporcionarán asesoramiento técnico, pero corresponderá al productor el reto posterior.
ANTE LA ESCASEZ DE QUÍMICOS
Las limitaciones que caracterizan el actual contexto también golpean la disponibilidad de los productos químicos, en tal sentido habrá que aprovechar los biológicos de producción local y obtener de ellos su máximo beneficio.
“Hicimos una reunión con los productores por cada polo, les explicamos el paquete tecnológico de la Empresa Labiofam, que con estos medios sale en alrededor de 2 231 pesos por hectárea. Un quintal de arroz antes llegó a costar de 341 pesos hasta 805, ya hoy está en
2 000 pesos el quintal. Según ha subido el valor de los insumos así se ha incrementado el precio del arroz para que haya un equilibrio.
“No hay costumbre en los campesinos de no emplear el potasio o la urea, sin embargo los biológicos sí alivian y mejoran la calidad con más dosis y laboreo, pero no estamos en cero, con ellos resolvemos. Algunos guajiros están solicitando gallinaza, materia orgánica y poco a poco se van adaptando; enfocados en solucionar el problema utilizan estas formas”.
Aclaró el directivo que con dichos medios no llegan a los rendimientos de cuando usan los productos fundamentales (urea, potasio), por tanto pronostican uno de 2,2 toneladas por hectárea (t/ha).
“Con la mejoría del agua aumentan los rendimientos. Por ejemplo donde llegó a 1,7 y 1,8 t/ha por lo general falló el abasto del líquido en el momento que las siembras lo requirieron.
“Trabajamos para progresar, al menos en lo referente a la derivadora estamos sustituyendo la parte de tubería por canales, que a través de estudios y criterios de los guajiros por esta vía mejoran las condiciones del agua, de ahí que los rendimientos se planificaran en 2,2 t/ha”.
LA INDUSTRIA
“Con lo que producíamos en años anteriores la industria no presentaba muchas dificultades, pero con lo planificado para hoy en la siembra no tiene la capacidad completada. En la actualidad alrededor de 12 t en el día nos dan para recibir siete hectáreas diarias, o sea que si se cosechan diez, 12 o 15 hay que aplicar otras estrategias.
“Siempre buscamos la solución de secar al sol en el suelo para no perder el arroz. En los silos poseemos 150 t, son cinco de 30 t de capacidad después del secado. Como alternativa lo tiramos húmedo, le damos aireación y va secando, también molinamos un poco más rápido”.
Detalló que como parte de la remodelación de la industria ejecutan el pago de seis silos y una torre de secado en Granma, y solo va restando el traslado, el cual se ha complicado por la transportación, que debe ser especializada.
“La dimensión de estos graneros es de siete y medio a ocho metros, nos mantenemos inmersos en la búsqueda de una posibilidad, pero hasta el momento no hemos encontrado la forma de traerlos.
“Esta inversión la ejecutará una brigada especializada en el montaje del grupo de La Habana. Sin dudas vamos a avanzar y si se concreta todo este emplazamiento al menos en diciembre, para la próxima campaña obtendríamos los resultados de esta industria.
“De acuerdo con los estudios, con la que tenemos debemos dejar dos secaderos para semilla, el otro que entre de 40 t junto a esos seis silos adicionales quedarán para el arroz consumo. Tendremos más desahogo y posibilidades al aumentar la capacidad, el almacenamiento y la calidad del grano será superior”.
La siembra escalonada propiciará la oportunidad de ir secando, almacenando y a la vez resolviendo el problema. Si más adelante se atora entonces proponen soluciones como el secado natural.
Muchos campesinos asociados a las CCS del territorio dieron el paso al frente ante la necesidad de aumentar las áreas de siembra de arroz. Entre todas las bases productivas se generó un entusiasta movimiento; en la Jesús Menéndez, por ejemplo, se incorporó Pablo Martínez, quien va a comenzar en esta campaña con 53 ha, el que más tiene.
Asimismo, están los productores de 0,5 y una hectárea que aportarán con el arroz popular, al menos para apoyar en la comunidad, en las placitas y a lo planificado.
“Existen mucho compromiso y deseos por parte de cada uno de los involucrados de que sí vamos a llegar a las cifras que nos propusimos”, concluyó Yoel Lazo.