El sacerdote Guillermo Isaías Sardiñas Menéndez se unió al Ejército Rebelde en la Sierra Maestra donde fue capellán durante 18 meses, bautizó, alfabetizó a los habitantes de las zonas montañosas y a los combatientes , recibió el grado militar de Comandante y tras el triunfo revolucionario vistió una inusual sotana verde olivo, el color del uniforme guerrillero.
Nació el seis de mayo de 1917 en Sagua La Grande, descendía de una familia de modestos recursos y raíces católicas; de niño siempre dijo que quería ser cura y logró graduarse de Teología en 1936, a los 19 años.
Por la excelencia de sus calificaciones y comportamiento, lo seleccionaron para cursar estudios superiores en la Universidad Gregoriana de Roma, donde pasó cinco años y terminó con acierto la licenciatura en Derecho Canónico.
A su regreso, –para sorpresa de muchos– lo designaron cura en pueblitos desconocidos de la antigua provincia Las Villas (hoy Villa Clara), situación que se hizo recurrente porque entonces la curia española concentraba en sus manos los mejores cargos y las iglesias más ventajosas.
Relatan los estudiosos de su vida y obra que no ocultaba su pensamiento revolucionario y era un constante animador de proyectos sociales, educacionales, culturales y deportivos en las comunidades por donde transitaba. En tiempos de ciclones acondicionaba la iglesia y la casa parroquial para evacuar a las familias con viviendas precarias como muestra de su acercamiento al pueblo.
Realizaba colectas para muchas familias necesitadas, hacía bautizos, comuniones, bodas y entierros sin cobro alguno y organizaba actividades para recrear a los jóvenes. Le decían, “el Cura de los Pobres”.
Cuando lo nombraron párroco en Quivicán desde donde atendía también la iglesia de Alquízar, protagonizó hechos inéditos como poner una bandera detrás de la efigie de la Virgen de la Caridad del Cobre, Santa Patrona de Cuba, y participar en trabajos voluntarios para construir el estadio de béisbol local.
Con su actitud rompió esquemas sin dejar de respetar todo lo referente a su oficio, por lo que se le consideró precursor de la Teología de la Liberación, que después retomaron los grandes teólogos de América Latina.
El 27 de febrero de 1954, llegó a Isla de Pinos en su condición de párroco de la iglesia de Nuestra Señora de los Dolores en Nueva Gerona. Ya en ese tiempo, el grupo de participantes en los ataques a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes guardaban prisión en el Presidio Modelo desde octubre de 1953.
Cuando excarcelaron a los Moncadistas el 15 de mayo de 1955, empiezan a estructurar el Movimiento Revolucionario 26 de Julio y en su sacristía recibía a numerosos militantes, que le hicieron incorporarse a una célula de dicho Movimiento.
Oficia su primera misa en las montañas de la Sierra Maestra el 26 de julio de 1957 y su incorporación resultó un estímulo redentor y de esperanza triunfadora entre la fuerza rebelde, pues muchos de sus integrantes en aquella época tenían rosarios, cruces, imágenes religiosas y necesitaban los consejos espirituales del padre Sardiñas.
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