Sin triunfalismo, qué vengan más ferias… (+ Fotos)

Foto: Karelia Álvarez Rosell

En serio, ¡qué feria, caballero, pero qué feria!… y lo digo lejos de todo triunfalismo y muy a pesar de los diversos criterios que generó la feria, de hecho la primera del actual año: “deberían mantener la oferta todos los días”, “tremenda aglomeración, “El Rodeo es muy pequeño para ese tipo de actividad”; “en La Fe para cuándo”, entre otros.

Por suerte las opiniones negativas, algunas de las cuales habrá que tener en cuenta, fueron las menos, según lo que he escuchado e, incluso, monitoreado en las redes sociales, donde ya es habitual que varios plasmen sus consideraciones referentes a los más diversos temas.

Qué había colas y aglomeraciones, qué la venta de pollo y de otros productos, sobre todo los cárnicos, pudieron organizarse mejor, qué… es verdad, pero también lo es que la feria de este domingo 26 de febrero demostró que los pineros sí podemos tenerla con una amplia variedad de productos y no solo agropecuarios.

Foto: Karelia Álvarez Rosell

Sí, porque hasta el parque Julio Antonio Mella, al cual ya se le recuperan sus kioscos y realizan otras acciones porque es interés del Gobierno y el Partido sacarlo de ese letargo al cual ha estado sometido cuando este pudiera convertirse, además, en un atractivo recinto ferial, acudieron no solo las formas productivas del sector agrícola sino también otras entidades. Se vendió hasta avanzada la tarde.

Junto a la demandada papa, yuca, malanga y otras viandas ausentes por estos días de nuestros vianderos, había hortalizas y granos; al propio tiempo ofertas gastronómicas del sector estatal y privado, hasta vi a pobladores satisfechos de haber logrado comprar marcos de puertas y cortineros porque los trabajadores de la Forestal acudieron con varias propuestas, esas que resultan difíciles encontrarlas y cuando las hayas debes pagarla a precios exorbitantes.

Una de las expectativas era el arroz, grano tan solicitado en la mesa del cubano y cuya ausencia impone precios casi descomunales (entre 150 y 200 pesos la libra) en el mercado informal, estuvo presente, gracias a gestiones realizadas por el Gobierno y luego al esfuerzo de trabajadores agrícolas, quienes trabajaron hasta la madrugada para empaquetarlo.

Es cierto, hubo mayor presencia y concurrieron unidades productivas foráneas, pero sorprende y satisface que la mayoría de las producciones eran locales, salidas de nuestros campos y ello habla de las reservas en el sector, ese que debe desprenderse de una vez y por todas de los problemas con las contrataciones, el descontrol, los impagos, la deficiente comercialización y otros males que propician tanto la ausencia de los cultivos en las tarimas como esos precios que se empecinan en andar por las nubes.

No es menos cierto que cada vez cuesta más producir, tampoco el productor escapa de los azotes del momento; sin embargo, acceder a los alimentos se torna angustioso y urge trabajar por disipar esos agobios porque no sé si habrá otro desvelo mayor que el de la comida.

Y retomando el tema de la feria hay quienes consideran que pudiera pensarse en crear parqueos para que la gente pueda resguardar sus medios de transporte. Nada desacertado. Ya se demostró que se pueden retomar, cada vez más organizadas, con mayor sistematicidad y concurrencia de las formas productivas y empresas locales, solo así se acortará ese abismal trecho que hoy reina entre el campo y la cocina.

Foto: Karelia Álvarez Rosell
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Karelia Álvarez Rosell
Karelia Álvarez Rosell

Licenciada en Defectología en la Universidad Carlos Manuel de Céspedes, Isla de la Juventud. Diplomada en Periodismo con más de 30 años en la profesión.

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