Osados jóvenes de arriesgada expedición

La tijera dividida en dos partes, una navaja y un cortaplumas fueron el único armamento portado por el improvisado destacamento de diez patriotas que capturó el balandro Margarita, anclado en el muelle del río Júcaro, luego de hacer huir a la cuadrilla de trabajadores que cargaban la nave para zarpar hacia Batabanó.

Ellos formaban parte de los más de 300 deportados forzosos de todas las provincias del país desterrados a Isla de Pinos, por orden del capitán general español Arsenio Martínez Campos.

Cristóbal Guevara, Ángel Abascal, Rafael Caso, Pedro Buides, Juan Miranda, Adolfo Vega, Plácido Hernández, Irene Hernández, Victoriano Guerrero y Máximo Camero en cuanto se presentó la  oportunidad fraguaron la fuga con el propósito de insertarse en las luchas por la independencia.

Aquel 11 de enero de 1896, tomaron la embarcación y resonó el grito de ¡Viva Cuba Libre! Quedaron prisioneros el patrón, un marinero y el Alcalde de Mar, este último puesto en libertad en la desembocadura del río Júcaro y enrumbaron hacia las costas de Pinar del Río, tras burlar la persecución del cañonero Almendares y el vapor Protector.

A los pocos días contactaron con el Lugarteniente General Antonio Maceo Grajales, jefe del Ejército Libertador, quien dijo de los bravos jóvenes rebeldes: “La expedición más arriesgada que ha desembarcado, solo pueden realizarla niños o locos y los pueblos que tienen estos niños deben ser libres”.

Esos mozalbetes murieron casi todos peleando en el campo insurrecto al lado del Titán de Bronce. Su ejemplo pervive.

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Isla de la Juventud
Mayra Lamotte Castillo
Mayra Lamotte Castillo

Licenciada en Periodismo en la Universidad de La Habana; tiene más de 40 años en la profesión.

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