¿Frenar la reventa de confituras?

¿Quién le pone freno ahora a la reventa de confituras?, me pregunté cuando supe del importante acuerdo adoptado en uno de los últimos Consejos de la Administración Municipal (Cam), referente a la oferta de golosinas para los pequeños, a las cualesmuchos no tienen acceso debido a sus prolongadas ausencias en el Comercio y los precios exorbitantes en el mercado informal.

Al respecto José Luis Mengana, viceintendente que atiende la actividad económica en el Cam, planteó que se trata de ajustar los precios de las confituras a lo establecido en la Resolución 329 del año 2020 del Ministerio de Comercio Interior, la cual contempla la venta a precio minorista en pesos cubanos (CUP) de una gama amplia de productos.

En esta oportunidad solo se ajustarán los llamadas “chucherías” que tanto anhela la grey infantil y cada día les resulta más inalcanzable el deseo de degustarlas por las escasas producciones, la falta de gestión para estabilizarlas en el territorio o la astucia de revendedores, que insisten en sacarle provecho a este río, o mejor, océano bien revuelto.

Por supuesto, las preocupaciones y los estados de opinión de las familias no cesan, cada vez son más alarmantes y no es para menos, pues un chupa chupa en estos momentos supera los 60 pesos; mientras los paquetes de galleticas van desde los 65 hasta los 300.

Y no me voy a detener en los sorbetos, caramelos, los pomos gaseados de refrescos, estos últimos con un precio de 36 pesos y se expenden a 300, o los pellys, productos muy perseguidos por acaparadores para luego revenderlos sin antifaz alguno, incluso, en actividades organizadas por el propio Estado.

Las ofertas para la grey infantil andan deprimidas, es cierto; sin embargo, las tiendas recaudadoras de divisas han servido de suministradoras a quienes persisten en vivir del sudor de los demás, sobre todo de quienes trabajan y cobran un salario promedio, el cual se empequeñece ante la creciente inflación, regida por la cotización del dólar a… ¡200 pesos!

Basta que saquen productos en alguna de las cadenas de tiendas y desde el día anterior ya andan los especuladores merodeando con el fin de ocupar los primeros puestos y para adquirir más de lo permisible acuden con parte de la familia, por supuesto, con tarjetas en MLC.

Luego los muestran por las redes sociales, los exponen en puestos particulares o, por si fuera poco, arman sus tarimas en céntricas calles, como el Paseo Martí, para la venta de la mercancía, cuyo destino son niños que no entienden de economía ni inflación, y sí de cuánto les satisface saborear una golosina.

Sin duda se trata de un fenómeno que parece no tener riendas ni responsables, por ello es que: ¿quién le pone freno a la reventa de confituras? se me convierte en una pregunta recurrente, porque a la indisciplina y la especulación le han dejado crecer demasiado las patas.

En medio de este ordenamiento queda mucho por ordenar. No será tarea fácil, pero tampoco imposible si no se continúa volteando la mirada ante el acaparamiento, lo ilegal. Los cuerpos de inspectores y supervisión deberán potenciar ese accionar, ese que todavía hoy no se hace ver.

Más que evidente, solo con mayor gestión, producciones locales,  generación de bienes y servicios, además del incremento de la fiscalización podrá ponérseles freno a quienes se ganan el dinero fácil y especulan con las necesidades ajenas.

Foto: Yesmani Vega

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Isla de la Juventud
Karelia Álvarez Rosell
Karelia Álvarez Rosell

Licenciada en Defectología en la Universidad Carlos Manuel de Céspedes, Isla de la Juventud. Diplomada en Periodismo con más de 30 años en la profesión.

Colaboradores:

3 Replies to “¿Frenar la reventa de confituras?

  1. Si los dirigentes de nuestro municipio Especial, conocen al dedillo el problema de la venta y reventa de las confituras…¿Por qué no toma medidas de distribución organizada y planificada para que le llegue solo a los niños? ¿Para qué existe “La Oficoda”? En cada Bodega se conoce por la libreta de abastecimiento, la cantidad de niños y sus edades, por lo que se puede hacer una adecuada distribución, cómo se hizo recientemente con las cajetillas de cigarro Popular que vendieron a 3 por mayores de 18 años. También se puede distribuir y vender 1 paquete de pelly, caramelos, refresco etc por cada niño. Aún cuando no alcance para todos, se va distribuyendo por bodegas según la disponibilidad de los productos, de manera que le llegue la mercancía a cada niño de forma equitativa. Si lo hicieron con los cigarros populares y lo hacen con otros productos como el aceite, picadillo y salchichas. NO VEO DIFICULTAD ALGUNA PARA HACERLO CON LAS CONFITURAS.

  2. Estoy de acuerdo con usted en relación con su redacción, pero en cuanto a los productos que se venden en MLC, quien fiscaliza, revisa los precios que se les pone a estos productos?, así es en general pero estamos hablando de chucherías la población no ve que le caigan arriba a los revendedores, exhiben sus productos con los precios que le ponen, que como usted bien plantea lo calculan por 200 pesos cup, y lo que le dé, lo aplican, y eso nadie lo ve?,existe alguna entidad que debe dentro de su objeto social ver ,inspeccionar y multar a esas personas, y por consiguiente el gobierno de aquí tiene que analizar la situación, porque ellos no están ajenos a esta situación, ahora en cuanto a las producciones nacionales, hay que hacer más gestión y cuando la hagan no traer el poquitico que traen , que es insuficiente , estadística por mentar a alguien hace un censo poblacional por edades de ahí deben calcular un estimado , la cantidad que traigan se va a vender, y la pueden vender para los niños solamente en caso de que no se pudiera vender para todos, hay métodos y otras alternativas , pero no la ejecutan

    1. Yusley, este es un fenómeno, que como otros, se ha dejado proliferar. Considero que costará trabajo ordenarlo, por muchísimas razones, entre ellas que las producciones están limitadas y de eso se aprovechan quienes insisten en ponerse el traje de “pillos”, pero es un problema que sí puede irse resolviendo con un comercio coherente, organización y como bien dice, fiscalización, la cual no debe ser de un día sino de todos los días. Todo por el bien de nuestros niños. Gracias por su comentario.

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