¿Piropear o acosar?

Salir a la calle muchas veces resulta incómodo para nosotras. Desde pequeñas aprendemos a vestir correctamente, comportarnos en público y todo esto por el simple hecho de no ser juzgadas por los hombres, quienes han perdido mucho cuando de piropear se trata. 

Ya no importa si eres niña, joven o adulta; siempre te dirán algo. ¡Ruge, leona! ¡Te voy a poner como la avestruz! ¿To’ eso es tuyo?, ¡Qué huesitos más ricos!… Pocos resultan agradables, pues la mayoría son ofensivos, intimidantes, incisivos e innecesarios y me pregunto: ‘¿Quién puede sentirse atraída con semejantes atrocidades? ¿Dónde quedó el arte de enamorar?’

Por otro lado aparecen el “mudo” que habla con los ojos, el que grita si no lo atiendes, quien se apresura para ir a tu lado lanzando “lo último que trajo el barco”, el que se ofrece para que no te falte nada en tu vida o necesita una mujer como tú en su casa, el que trata de comprarte, el que te provoca diciéndote que no puedes con él y te va a dar lo que tú sabes; está ese obstinado que te busca por las redes, te escribe y si no respondes te manda una foto indecente, en fin…

Por tal motivo, nos hemos visto obligadas a cruzar de una acera para otra, apurar el paso, cambiarnos de asiento en una guagua o preferir ir de pie, solo para no ser acosadas.

Estas personas se encuentran en todas partes, invaden tu espacio físico, sicológico y virtual. El acoso constituye actualmente un problema social; es intolerable el hecho de no poder andar libremente en sitios públicos ni navegar con tranquilidad por las redes sociales.

No por gusto en nuestro país se le ha prestado mayor atención a dicha temática. Siguiendo la lógica normativa, vale destacar que el Decreto Presidencial 198, publicado en la Gaceta Oficial de la República, aprobó el Programa Nacional para el Adelanto de las Mujeres el 20 de febrero de 2021, el cual establece entre sus objetivos específicos exigir, atender, dar seguimiento y enfrentar de manera integrada y sistémica las manifestaciones violentas o discriminatorias en los distintos ámbitos de la sociedad.

Asimismo, se trata de concienciar a la población a través de talleres, conferencias, productos comunicativos, campañas por la no violencia contra la mujer como Eres más, Evoluciona y otras iniciativas con apoyo de los medios de comunicación y el accionar comunitario.

Mas, aún queda mucho por hacer. Es necesario cuestionar tales comportamientos, retomar las normas de cortesía y no andar regalando “piropos” por doquier. Si le interesa alguien enfóquese en esa persona y si se siente incómoda respétela; durante años la mujer ha luchado por ocupar un lugar importante en la sociedad y el acoso, así como la violación, los asaltos y demás afectan el derecho a su seguridad, limitan su espacio e impiden el logro de su autonomía y nada en absoluto justifica este accionar denigrante del atractivo femenino

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