De Cayo Largo del Sur muchos me habían hablado, sin embargo no había tenido la oportunidad de ir. Fue entonces cuando se presentó este inolvidable viaje, justo el Día Mundial de las Tortugas Marinas, el 16 de junio.

Por tal motivo, en mi recorrido no pude dejar de visitar el Centro de Rescate de Tortugas Marinas, sitio que formó parte del proceso de inversiones por el aniversario 40 del polo turístico y con vistas a recibir el alza en noviembre.
“Se está haciendo una remodelación e innovación de imagen donde entran los carteles de la fachada y otras señaléticas alrededor del establecimiento. Además esperamos la aprobación para pasar a ser un proyecto de referencia nacional porque formamos parte del programa de conservación y protección de recursos naturales dentro del destino turístico”, declaró Leonardo Valido Matamoros, trabajador del Centro de Rescate de Tortugas Marinas.
Estas condiciones permitirán ofrecer un mejor servicio a los turistas y una estancia agradable para las tortugas que llegan al santuario.
Según Valido Matamoros, existen siete especies de tortugas y por su población significativa, en Cuba las más comunes son: la caguama (Caretta caretta), la carey (Eretmochel y simbricata) y tortuga verde (Chelonia mydas).
“De esta última se tienen en el centro cinco albinas que nacieron el 19 de julio del 2019, de un nido de 112 huevos. En ese entonces eran 99 tortuguitas verdes y de ellas 18 albinas; este hecho nos pareció curioso porque los casos de albinismo se dan de manera casual y nunca en forma de colectivos.
“Por la vulnerabilidad de esa enfermedad fallecieron las primeras ocho tortuguitas en el primer año de vida, al año y tres meses las otras y quedaron solamente estos cinco ejemplares que conservamos en el centro y hoy ya tienen casi tres años”.
Al parecer el albinismo se ha vuelto característico en esta especie, pues actualmente se encuentran en el santuario otras albinitas próximas a cumplir los seis meses.
Las tortugas marinas son reptiles adaptados al mar con descendencia fósiles de más de 130 millones de años. En el caso de las hembras vienen a la tierra solo para su desove durante la anidación que comienza en mayo y termina en septiembre.
Llegan a Cayo Largo por si solas y los especialistas intervienen en el período de rescate de nidos y anidación teniendo en cuenta el alto riesgo de no supervivencia que corren al estar cerca de las áreas de pleamar.
“Nuestra misión es rescatar nidos y dar vida como parte del proyecto Tarea Vida. Cayo Largo posee 25 km de playa y la mayoría están siendo abatidas por el cambio climático y las erosiones, provocando una gran dinámica de pérdida de la arena. Esto ha traído como consecuencia, según los estudios realizados, la pérdida de 150 000 huevos. Con nuestros esfuerzos rescatamos anualmente entre 10 000 y 20 000, pero esta pérdida es lamentable. Nuestro deber es hacerlos nacer y concientizar sobre la importancia de cuidar el medio ambiente”, resaltó Leonardo.
Por su parte el licenciado en Biología Marina Gonzalo Nadarse Andreu, quien lleva 41 años trabajando con las tortugas, explicó al respecto: “El rescate de los nidos tratamos de hacerlo lo antes posible, todo está en que no haya mal tiempo sino pueden perderse al estar muy próximos a la línea máxima de marea o cerca de los hoteles, donde las personas al caminar borran el rastro de la tortuga madre o ponen tumbonas encima de los nidos y se hace difícil localizarlos y salvarlos a su vez.
“Ya rescatados, el período de incubación ocurre entre los 49 y 51 días como promedio y una vez nacidas tratamos de liberarlas antes de la semana, aprovechando su frenesí natatorio, mecanismo que les permite andar con rapidez y llegar a las corrientes oceánicas, donde se esconden debajo de las algas y esto les permite una mayor supervivencia en su hábitat natural”, agregó el especialista.
Las tortugas pueden llegar a medir un metro y 30 cm, sin embargo el tamaño no ha impedido reconocerlas ya que poseen una marca metálica en las aletas. Según Nadarse Andreu, muchos pescadores han visto tortugas nuestras, en la ensenada de la proa y desde el centro de investigaciones de la Florida se han recibido reportes.
Conocer las peculiaridades de esta especie, convivir con ellas, participar en la recolección de los nidos y traslado de los huevos hacia el área de incubación, disfrutar del nacimiento de las tortuguitas, liberarlas al mar y recibir reportes de otras partes del mundo sobre su estado adulto, constituyen satisfacción y experiencia únicas de trabajadores y visitantes.




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