Sobrecarga de voluntad

Fue la Licenciatura en Estudios socioculturales el ancla que lo aferró al semanario e hizo de lo pasajero un vínculo permanente. Gerardo Mayet inició su recorrido atraído por una convocatoria de Fotografía –en la era de los rollos y la cámara analógica– donde aprendió de los mejores, a quienes agradece el dominio del amplio espectro de la imagen y los disímiles premios obtenidos a raíz de ello. Luego, un extenso aval durante los 18 años en el periódico lo llevó a asumir la dirección del Victoria (los últimos cinco). Quizá no era un deseo personal, pero lo profesional se impuso. “Hoy constituye un gran desafío, pues todas las rutinas y la toma de decisiones relevantes recaen sobre mis hombros. Me reconforta contar con un colectivo consagrado donde, a pesar de estar nutrido de nuevas figuras, la permanencia constituye una fortaleza”. Mayet es sencillo, noble, sin fama que sobrepase su persona, uno más en el equipo, por ello siempre que es necesario le da quehacer a los diestros personajes que viven en él: fotorreportero apasionado, agrónomo, mecánico, chofer, administrador…, voluntad que le merece el mayor respeto. “En lo adelante nos enfocaremos en hacer cosas novedosas, fortalecer el concepto de profesional: superación, ética, responsabilidad, compromiso… Sobran razones para continuar siendo un colectivo de victorias”.

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