Hace cinco años Liset León es responsable de un área vital, la de Recursos Humanos. Sus jornadas son intensas porque “debo estar al tanto de todo lo concerniente al personal: movimientos de plantilla, formalización de contratos, tramitación de nóminas y seguros sociales, condiciones laborales, estudio de los riesgos asociados a la implementación de medidas de prevención y de protección, a fin de preservar la salud de los trabajadores…, exige mucha preparación”. Considera que para lograr el engranaje perfecto lo más importante es hacer de la unidad colectiva un hecho y no un lema. En el periódico ha aprendido que como en toda gran familia existen discordancias, pero no se deben perder el sentido de la unidad y el compromiso. Sortear los desafíos con diálogo sincero, autocrítica, apoyo, comprensión… es la clave. “Durante la pandemia –afirma Liset– algunos trabajadores pudieron acogerse al trabajo a distancia con la certeza de que sus beneficios estaban seguros y no ha habido contagios en el centro, lo cual me satisface”.