Un mundo de conquistas y desafíos

Si cada 12 de agosto, Día Internacional de la Juventud, devino tribuna y trinchera para millones en el planeta en reclamo de derechos negados por sus gobiernos, la juventud cubana, en cambio, tiene un mundo de conquistas que defender e infinidad de razones para celebrar, como ha ocurrido en diversos escenarios del territorio pinero.

Foto: Archivo

Este viernes 13 de agosto amaneció alegre, después de los encuentros convocados para esperar el aniversario 95 del natalicio de Fidel, devenido inspiración para hacer más y dedicarle al eterno joven rebelde, hechos, obras y resultados dignos de su grandeza y dignidad.

Difícilmente otro lugar de Cuba él visitara con tanta frecuencia. Así era su desvelo por hacer a la olvidada región parte activa de la nación y la humanidad y no ya más cárcel ni abandono ni saqueo ni casino yanqui. Él como nadie descubrió las potencialidades de la ínsula e irrigó futuro con industrias, caminos, nuevos poblados e infinita confianza.

Por eso varias generaciones de pineros agradecemos las utopías que en Isla de la Juventud él hizo realidad y porvenir, laboratorio y campo del hombre nuevo, labranza para todas las edades, enseñanza sin fronteras y optimismo a los cuatro vientos.

Junto a su tropa de vanguardia el bisoño líder de la Revolución hizo aquí fecunda academia de lucha a la prisión antes del triunfo y tras el cual convirtió en escuela, museo de viva historia, Palacio de Pioneros y lección para todas las generaciones.

Y como si no le bastara su hazaña guerrillera y su victoria estratégica ante el mayor imperio del planeta, libró al terruño de latifundistas y mafiosos, levantó fortaleza frente a agresores, desafió huracanes, movilizó columnas de trabajo, trazó y siguió al detalle colosales planes de desarrollo, abrió horizontes, erigió centros educacionales para otros pueblos y trocó el anhelo de los muchachos por nombrarla Isla de la Juventud, cual símbolo de sus verdaderos conquistadores, como reto para continuar creciendo junto a su obra.

Y así sigue siendo en la Revolución hecha entre todosy calificara el eterno joven rebelde “más grande que nosotros mismos” e imbatible en la guerra que se nos hace llena de odios, mentiras y agresiones de todo tipo.

Pero ante los nuevos y enormes desafíos alertaba el propio Fidel en su reflexión La llama eterna, del 31 de julio de 2007: “La lucha debe ser implacable, contra nuestras propias deficiencias y contra el enemigo insolente que intenta apoderarse de Cuba”.

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Diego Rodríguez Molina
Diego Rodríguez Molina

Licenciado en Periodismo en la Universidad de La Habana.

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