
Apenas unos días y no pocos pobladores aclaman el retorno de las Fiestas Pineras, esas festividades que nos llegan en el tercer mes del año para compartir en familia, evocar la historia y hacer gala de las tradiciones, la imaginación y multiplicar esa alegría casi innata de los cubanos, que nos renueva las fuerzas para emprender nuevos retos.

El colofón llegó con las premiaciones en el área de los paseos, iluminada cada noche con los fuegos artificiales y donde los integrantes de la comparsa de la FEU volvieron a deleitarnos con sus magistrales evoluciones, reconocidas no solo en nuestro país sino en los carnavales de Veracruz, México y en otras partes del mundo.

La comparsa Renovación Pinera se alzó con el primer premio por su coreografía, al igual que la conga que la acompañó por la energía y musicalidad salida de sus instrumentos, sobre todo de los tambores y la trompeta china.
Mereció también este distinguido lugar la carroza de la Empresa de Transporte, cuya coreografía estuvo a cargo de la instructora Dayana Cos Delgado.
De igual forma fueron estimuladas las comparsas Cumbancha Pinera y Juventud 2000, como la conga de igual nombre, la carroza de Mantenimiento a Inmuebles del Poder Popular; así como la carabela que simula la muerte como elemento suelto y la Motorizada.
Distinción especial mereció el proyecto Amor, Naturaleza y Vida, dirigido por Yamil Ávalos y protagonizado por estudiantes de la universidad Jesús Montané Oropesa, quienes hacen un llamado a la protección del Medio Ambiente.

Resultó muy atinado el reconocimiento que recibieron los muñecones por parte del jurado y el público. No era para menos. Esta vez recordaron personajes emblemáticos se series cubanas: Elpidio Valdés, María Silvia, el Capitán Plin, Chucha…
Las áreas recreativas, el centro experimental de Artes Aplicadas, las empresas y organismos que hicieron posible estas festividades, con mención especial para el taller Dimas Pozo, debido a la calidad que cada vez más ganan los vestuarios, también fueron agazajadas.
De manera general en los paseos primó el colorido y el apego a las tradiciones; sin embargo, se impone trabajar todavía más y con tiempo en pos de que sean superiores las comparsas y sus integrantes. Queda mucho por explorar en tal sentido y potencial tenemos para que estas agrupaciones carnavalescas vayan al rescate de nuestros bailes y músicas.
Mucho podría hablarse de las Fiestas Pineras, de sus aciertos y desaciertos, pero no podemos olvidar en qué contexto tienen lugar, a pesar de ello hubo opciones para chicos y grandes, para el esparcimiento en familia.
Muy cuestionado han sido los precios de los comestibles y las confituras. Recorrí varias áreas y estos variaron, había pan con lechón con un precio de cinco (los menos) hasta diez pesos y comidas elaboradas en cajitas o platicos plásticos con pollo, bistec de puerto y hasta con filete de claria; así como caldosas, chicharritas y frituras.
En cuanto a las confituras es cierto que establecimientos del Comercio hicieron sus ofertas, pero no las suficientes, por lo cual sugiero analizar la “reventa” de estas por parte de los particulares, quienes se empeñan en sacarle mayores dividendos al río revuelto, al punto de obviar que esas golosinas quienes más las consumen son los niños.
Cerveza hubo a pululu escuché decir, aunque en algunas áreas se agotaran o hubo que esperar para su enfriamiento, pero de manera general los pineros bebieron desde una tínima hasta Cacique, Bucanero o Hollandia; además de la variada coctelería y refrescos.
Y en cuanto a las agrupaciones musicales por los principales poblados del territorio muchos bailaron con la agrupación de Tania, la Pantoja de Cuba; Alabao, el querido y ya habitual en las fiestas Cándico Fabré y Wil Campa, que junto a sus jóvenes músicos expuso su filosofía y gritó a pulmón que no le quiten lo bailao.
No obstante, y sin desconocer el controvertido mundo de la música y los espectáculos, sería bueno realizar gestiones para que otras agrupaciones de primer nivel o de la preferencia de jóvenes y adultos nos deleiten en nuestras festividades.
Culminaron las Fiestas Pineras, sí, pero muchos de los habitantes de este terruño todavía nos recuperamos, a la vez que añoramos el reencuentro con la alegría, las tradiciones o el repique de los tambores al arrollar detrás de la conga.


