Seis años después de su desaparición física parece que aún camina entre nosotros. Tan presente como sus ideales de integración y solidaridad para Latinoamérica, Hugo Chávez Frías se encuentra entre los cubanos, un pueblo que amó como al suyo y el cual lo hizo merecer el sobrenombre de El mejor amigo de Cuba.
Por eso, como cada año, los pineros también nos sumamos a la jornada de recordación del Comandante Chávez, para rendirle homenaje con variadas actividades convocadas desde el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (Icap).
Así, este cinco de marzo salieron desde el Museo Municipal jóvenes de las federaciones de la Enseñanza Media y Estudiantil Universitaria, profesionales de la salud y el deporte –en representación de los colaboradores en esa hermana nación–, en una marcha del pueblo pinero todo que culminó en el estadio Cristóbal Labra.
En el acto efectuado a la entrada del coloso deportivo, Marlén Villavicencio Batista, presidenta del Icap aquí, identificó a Chávez como “heredero y defensor del pensamiento de Bolívar, quien comprendió lo que Martí había dicho del Libertador sobre toda la obra que estaba por hacerse en Nuestra América”.
Asimismo, Villavicencio repudió las fracasadas acciones que, a través de sus títeres, el gobierno norteamericano realiza en un intento de asfixiar a Venezuela y destruir su Revolución, pretensiones que no podemos permitir “los países que firmamos la Declaración de América Latina y el Caribe como zona de Paz, la cual se ve amenazada por el tono belicista e injerencista de Washington”.
Además, se contaron anécdotas del Comandante venezolano, cantaron canciones de su patria, bailaron danzas tradicionales de su cultura y los conjuntos de Los Piratas y el equipo de la Feu protagonizaron un amistoso juego de softbol, también en homenaje al gran aficionado de ese deporte.
Chávez, como dice la canción “nadie piensa que se ha ido”. Fue siempre un líder por convicción y se ganó el afecto de su gente y el respeto de la comunidad internacional, no solo por haber sido siempre consecuente con sus ideales, sino por su visión de futuro, preocupación constante por los desposeídos, por su lucha incansable por la paz.
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