
El proceso electoral en Honduras enfrenta una grave crisis de credibilidad debido a las serias inconsistencias detectadas en el escrutinio de votos. Marlon Ochoa, consejero del Consejo Nacional Electoral (CNE), levantó una voz de alarma, denunciando que existe una intención de limitar la revisión de las actas presidenciales, lo que comprometería la transparencia total y dejaría en la sombra miles de irregularidades que podrían alterar el resultado final.
La disputa electoral en Honduras se trasladó al corazón del CNE, donde el consejero Marlon Ochoa insistió públicamente en la necesidad imperativa de realizar un escrutinio especial voto por voto que abarque la totalidad de las actas presidenciales. Ochoa sostiene que esta es la única vía para garantizar la legitimidad del proceso y cumplir cabalmente con la responsabilidad democrática ante el pueblo hondureño.
La exigencia de Ochoa surge de un análisis alarmante de las inconsistencias reportadas. El consejero advirtió que la propuesta de revisión inicial se limita a solo 1,081 actas presidenciales, una cifra insignificante si se compara con el total de 19,167 actas emitidas y, especialmente, con el volumen de irregularidades detectadas en el sistema.
La magnitud del problema se revela en las cifras detalladas: un masivo total de 17,036 actas presenta algún tipo de inconsistencia. Desglosando este número, Ochoa explicó que 14,073 actas muestran serias diferencias con los datos arrojados por el sistema de identificación biométrico, lo que pone en duda la identidad de los votantes registrados o la validez del sufragio.
Además de las fallas biométricas, otras 1,882 actas registran errores de forma y fondo que no pueden ser ignorados. Estos fallos incluyen la ausencia de las firmas requeridas, errores evidentes de sumatoria en los resultados o, en el peor de los casos, la no recepción de las actas en tiempo y forma por parte de las autoridades competentes, un indicio de desorden o manipulación.
El consejero fue enfático al señalar que restringir el escrutinio especial únicamente a una fracción mínima del total de actas observadas constituye un acto que «comprometería la transparencia del proceso electoral». Para Ochoa, una revisión parcial es insuficiente y solo serviría para legitimar de manera artificial un resultado que nace viciado por miles de errores o presuntas irregularidades.
La posición de Marlon Ochoa se erige como un llamado crucial para que el CNE cumpla con su deber de oficio, realizando un conteo especial de oficio en todas las actas presidenciales que han sido observadas. Esta acción se convirtió en el punto central de la defensa de la voluntad popular y en un requisito indispensable para desactivar la creciente crisis de confianza en la institucionalidad electoral de Honduras.
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