
Lejos, en el corazón de esta nación árabe, hay un lugar que late con un ritmo familiar para los oídos cubanos. La gente de aquí, con esa hospitalidad ancestral, habla de Dukhan: de sus playas espectaculares, de la tierra que un día les cambió el destino… Pero si escuchas más adentro, en medio de esa historia de progreso, surge otro nombre, algo más perdurable, más humano: se habla del hospital cubano.
Imaginarlo erguido en esta inmensidad árida resulta sorprendente, pero cuando llegas a él y ves a su entrada dos banderas ondeando: la de Catar y la de Cuba, toda duda se desvanece. No es solo un edificio; es un pedazo de nuestra Isla plantado en una pequeña ciudad cercana a Doha. Es la materialización de un principio que va más allá de la diplomacia: el principio del amor al prójimo.
Y es que, dentro de esas paredes, la excelencia y el buen trato tienen acento caribeño, como pudimos comprobar en el recorrido que el miembro del Buró Político y primer ministro, Manuel Marrero Cruz, junto a la delegación que lo acompañó en este país, realizó al emblemático sitio. Por sus pasillos y consultas especializadas anduvieron los nuestros, a quienes los anfitriones iban explicando detalles de cómo funciona el centro.
Mientras descubrían cada espacio, el jefe de Gobierno preguntó por las camas disponibles, las condiciones de vida de los médicos antillanos, los caminos académicos a través de los cuales pueden irse superando, la socialización de experiencias o sobre cómo los colaboradores se crecieron para romper las barreras idiomáticas y tecnológicas.
Casi la totalidad de sus trabajadores son cubanos, hombres y mujeres que llevan en sus maletas esa vocación de servicio que se cultiva en nuestra tierra. Eso se evidenció al escuchar a Tania María Fernández Hernández, directora médica del hospital, quien refirió que esta es una institución comunitaria que da servicios al área del oeste de Catar.
“Es un hospital grande, aunque tiene solo 72 camas para el servicio de hospitalización, pero abarca la mayoría de los servicios quirúrgicos y clínicos que existen en un hospital”.
Igualmente, aludió “al tremendísimo orgullo de que nuestro país sea un pedacito en Catar y que este sea el único centro que ostenta las dos banderas. Y es muy impresionante llegar todas las mañanas y verlas ondeando las dos al mismo tiempo. También es motivo de orgullo que los pacientes en su lenguaje y, además, en árabe sepan decir el nombre de nuestro hospital”.
El reconocimiento que ha recibido la prestigiosa institución no es solo por su profesionalidad, sino también por el cariño con el que se pone cada inyección, por la paciencia en cada explicación, por la entrega que convierte un acto médico en un gesto de genuina hermandad. Y esos resultados son una satisfacción compartida por las autoridades de ambas naciones.
“Cuando la gente entra aquí no quieren que les den el alta, quieren quedarse más días. Los médicos y las enfermeras cubanas malcrían mucho a los pacientes”, aseguró con tremendo regocijo Hussain Al-Ishaq, director ejecutivo y representante de la Corporación Médica Hamad, quien añadió que ello es muestra del amor, el respeto y el afecto por lo que están haciendo. “Cuando hacemos reuniones todas terminan con un viva Cuba”.
En el frente del combate
Fueron muchos los testimonios, reflexiones y sentimientos que emergieron de nuestro personal sanitario durante el encuentro con el primer ministro. Las de ellos son sonrisas que tranquilizan, manos expertas que curan y consuelan bajo un sol y un calor queno es el suyo, pero sí les pertenece en nombre de la solidaridad.
El enfermero Felipe Fonseca Valdés aseguró: “Seguiremos trabajando y dando lo mejor de nuestros conocimientos y de nuestra preparación en aras de que el hospital siempre mantenga bien en alto el nombre de nuestra Patria”. Mientras, Dailin Castiñeira López, especialista en Ortodoncia, contó cómo el apoyo entre todos es la clave para lograr resultados. “Pueden seguir confiando en nosotros, vamos a continuar incorporando elementos de nuestra medicina preventiva aquí, lo vamos a seguir haciendo como hasta ahora, con la misma calidad y entrega”.
Por su parte, la enfermera Marina de la Torre, directora de los Servicios de ingreso de medicina, cirugía y diálisis en el hospital, señaló que la mayoría de los colaboradores habían cumplido misiones anteriores, “pero nada se compara con esta realidad. Esta es una misión que te ayuda a superar la barrera idiomática, a crecer como persona, incluso a manejar situaciones estresantes, que te demuestran una vez más que si no se hace un trabajo de equipo, de colectivo, de compañerismo, no se sale adelante.
“Muchos de los que estábamos acá llorábamos todos los días al inicio. Hoy lloramos de alegría y de felicidad”, dijo con tremenda emoción, y adelantó a los “visitantes” que al final de este mes un grupo de colaboradores va a presentar trabajos de enfermería en el congreso árabe y, en enero, en el Congreso Nacional de Salud. “Todo eso se ha logrado con el esfuerzo, el sacrificio y el estudio de quienes aquí estamos. Hoy usted se puede ir tranquilo de que estos colegas estamos en el frente de combate y vamos a seguir”.
Por eso, la mayor de las Antillas aquí es motivo de orgullo en cada conversación de los pacientes del hospital; es confianza con la evidencia viva de nuestra riqueza más grande: la de los corazones de nuestro pueblo, capaces de convertir un hospital en un hogar. Por ello, fue tan entrañable el encuentro del Jefe de Gobierno con quienes aquí prestan servicios y también con quienes lo hacen en el hospital Aisha bint Hamad Al Attiyah.
A todos ellos, el Jefe de Gobierno ofreció una información sobre la situación del país y las afectaciones preliminares del poderoso huracán Melissa que dañó las provincias del oriente. Además, abordó la implementación del Programa de Gobierno para corregir distorsiones y reimpulsar la economía, el cual se robustecerá con la opinión del pueblo en una consulta popular.
Marrero Cruz compartió con los presentes las medidas que se han adoptado para superar las complejidades económicas y sortear el impacto real y cruel del bloqueo que Estados Unidos impone a nuestra Patria. Además, reconoció el buen estado de la cooperación médica con Catar, el fruto “más vivo” y “el mejor homenaje al legado de amistad” que fundaron el Emir Padre, el jeque Hamad Bin Khalifa Al Thani, y el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.
“Es inmensa la labor que hacen ustedes. Eternamente agradecido por el aporte que ustedes hacen a la Patria. Ustedes hacen que la realidad cubana esté presente en este lugar tan aislado. Ustedes son, yo diría, la mayor referencia y lo que hoy más incide en que podamos avanzar a un momento superior en las relaciones entre los dos países. Ustedes han dado un ejemplo, ustedes han mostrado lo que es Cuba”, aseguró Marrero Cruz.
Ese es el legado de amor que se construye desde hace más de diez años, en el Hospital Cubano de Dukhan, y lo que evidenció el mensaje que dejó en el libro del visitante de la institución el Primer Ministro para los más de 1 200 colaboradores que laboran en esta nación árabe. “Me siento orgulloso de lo que ustedes hacen. Son un ejemplo para Cuba y el mundo. La historia se encargará de poner en un pedestal muy alto el gran aporte de ustedes a la Patria. Nuestro eterno agradecimiento. Un fuerte abrazo”.
(Tomado de Juventud Rebelde)
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