Lejos de la historia del ratón Pérez

Margarita ya no sabe cuánta trampa poner. Cada noche taponea todas las hendijas que puedan existir en el balcón trasero de su apartamento, ubicado en un quinto piso de un edificio multifamiliar, en aras de evadir esos aborrecibles roedores que, créame, no guardan relación con la historia del ratoncito Pérez.

Redacción digital

Pero no es esta vecina sola quien anda en busca de venenos o ratoneras caseras para aniquilar a estas especies de la familia Muridae, que, aunque tienden a vivir en áreas verdes o espesas, hacen sus nidos en madrigueras poco profundas y son de fácil reproducción, ya se han vuelto expertos en desandar tanto por los alrededores de las viviendas como los balcones de los edificios.

Y sí, en estos momentos resulta preocupante el aumento de su presencia, no solo para los vecinos sino también por las autoridades de Salud Pública en el municipio, de hecho, lo comentó Leandro Cancio Fonseca, director del Centro de Higiene, Epidemiología y Microbiología (Chem), en reciente entrevista acerca de la situación epidemiológica de la Isla.

Al respecto resaltó los cuatro casos reportados hasta la fecha con leptospira, resultado que “preocupa ante el incremento de microvertederos y los desbordamientos de aguas albañales, al no contar con el rodenticida, producto que se utiliza para matar a las ratas”.

La proliferación e incremento de roedores es evidente y ante este panorama los alrededores de las casas e, incluso, los interiores se convierten en entornos seguros para estos, máxime en aquellos donde sin saberlo pueden tener costumbres atrayentes para estos indeseables y dañinos animales.

En las casas son muchos los desechos generados y hasta algo tan simple como los comederos para las palomas pueden convertirse en un exquisito buffet para las ratas, por lo tanto, resulta importante ser más precavidos.

Ante la ausencia de productos químicos para su erradicación, aunque en ocasiones aparecen a precios exorbitantes en el mercado negro, urge elevar la percepción del riesgo, pues para nadie es un secreto que estos pueden trasmitir enfermedades graves como la salmonela, la fiebre tifoidea o la rabia, algunas muy peligrosas para la salud ya que las bacterias que las provocan son resistentes a los antibióticos.

Enfatizo en la necesidad de elevar el nivel de conciencia en cuanto a los peligros porque es perceptible la apatía de no pocos pobladores ante la impostergable urgencia de higienizar los patios, sus propios patios y jardines, al punto de esperar a que otros se ocupen como si su salud y bienestar no importara o dependiera de la voluntad de los dioses del Olimpo.

El entorno epidemiológico del municipio es complicado, de hecho, ya hay más de 15 manzanas positivas, el índice de infestación es alto, 0,66, lo cual corrobora la existencia del mosquito y está la presencia de varias arbovirosis.

Entonces considero muy atinado preocuparnos y ocuparnos por no complejizar aún más el escenario, menos con esos roedores que nada tienen que ver con el cuento del ratoncito Pérez, pues de seguro quien enferme no será por caer en la olla debido a la golosina de una cebolla.

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Isla de la Juventud Opinión
Karelia Álvarez Rosell
Karelia Álvarez Rosell

Licenciada en Defectología en la Universidad Carlos Manuel de Céspedes, Isla de la Juventud. Diplomada en Periodismo con más de 30 años en la profesión.

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