Muchas manos levantadas hubo en la escuela pedagógica Martha Machado Cuní, de la Isla de la Juventud, después del estudiantado y el claustro, visualizar y debatir materiales audiovisuales relacionados con el tráfico y uso indebido de drogas, a partir de sus efectos devastadores que trascienden al consumidor, la familia, la comunidad y la sociedad.

Reunidos en el teatro de la institución educativa, especialistas de sectores involucrados “enamoraron” a los presentes con ejemplos de la vida cotidiana, de afectaciones de esta amenaza mundial, cuyo combate demanda integralidad, prevención, enfrentamiento, preparación, superación de los docentes, involucrar más a la familia y a los grupos de atención social de los consejos populares.
Sin tecnicismos José Enrique Romero Oliva, psicólogo del Centro de Salud Mental de aquí habló de las drogas, sustancias que introducidas en el organismo por cualquier vía de administración, producen alteración del funcionamiento del sistema nervioso central y pueden crear dependencia.
Actualizó al auditorio que en Cuba se considera su tráfico ilícito como un delito, cuyos riesgos y amenazas constituyen un peligro para la seguridad nacional, por lo cual se gana su combate bajo la política de tolerancia cero.
QUÉ HACER
Si ando con quien la consume, ¿a dónde puedo llamar para denunciarlo?; una amiga quiere dejar de fumar y le es imposible, cómo la oriento; ¿soy consumidor si comparto con un grupo que sí lo hace?; ¿qué pasa si no aviso?; ¿si ambos padres de un bebe se drogan, puedo denunciarlos?, ¿generan trastornos mentales o son los trastornos mentales los que llevan a consumirlas?, fueron algunas de las interrogantes de los asistentes.
Jeison Ponce de León Alfaro, 17 años y del tercer curso de la carrera Español Literatura, al entrevistarlo expresó: “Trabajaré con mis estudiantes acerca de lo dañino de las sustancias adictivas, las cuales, si no son bien manejadas, llegan a afectar la salud del individuo y la sociedad”.
Mientras, Charelys Borroto Ocaño, de igual grado escolar, 16 años y de la misma carrera, subrayó: “Aprendí más de sus diversos efectos, en dependencia del tipo, cantidad y frecuencia del consumo; pueden producir alucinaciones, intensificar o entorpecer los sentidos o provocar sensaciones de euforia o de desesperación”.

Coincide con lo perjudicial de este flagelo Ariel Pérez Soto, 17 de edad, del tercer curso de la especialidad Maestro Primario y presidente de la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media allí, destacó: “Sus males son dolorosos, hablo de trastornos mentales como la ansiedad, la depresión o la esquizofrenia, provocados desde el cannabinoides sintéticos, el químico o el papelito hasta otras”.
Mariannis Matos Matos, 15 años y estudiante de primero de la carrera Primera Infancia, opinó: “Desde las aulas interactuaremos con el alumnado de los daños en el cuerpo y órganos, como es la esterilidad, la adicción, la dependencia, la desnutrición y perjuicios a órganos importantes”.
POR EL BIEN DE TODOS
Igual preocupación mostró Yosvani Carvajal Fernández, 17 años y alumno de tercero de Artes Plásticas: “Los adolescentes son un grupo de riesgo, hacia ellos, donde mi incluyo, deben estar todas las miradas para movilizar la conciencia y la responsabilidad individual acerca de las consecuencias jurídicas, penales y el daño a la salud”.
Optimismo, deseos de hacer más, incluso denunciar por las vías establecidas, multiplicar acciones que contribuyan, desde nuestras familias, las escuelas, los centros de trabajo, la comunidad y la sociedad, a integrarse al combate contra este flagelo y contribuir con las autoridades competentes a la atención y asistencia médica de las personas enfermas o de riesgos y demás aspectos, cerraron el intercambio donde se reiteró ni olerla por el bien de todos.
Otros artículos del autor:
- None Found





 
 
 