Roma, 24 ago (Prensa Latina) El Tribunal de Apelación de Bolonia clasificó los cargos contra un ucraniano detenido en Italia por sabotaje contra los gasoductos rusos Nord Stream 1 y 2, como acto terrorista con artefactos explosivos letales, señala hoy un reporte.
Una nota publicada en el sitio digital del medio informativo especializado Notizie Geopolitiche indica que se prevé para el próximo 3 de septiembre la entrega a Alemania de Serhii Kuznietsov, presunto líder del comando que destruyó a fines de 2022, con explosivos, segmentos de esas infraestructuras bajo las aguas del mar Báltico.
Kusnietsov fue capturado recientemente por carabineros italianos en la ciudad de Rímini, de la norteña región de Emilia-Romaña, en cumplimiento de una orden de arresto europea implementada por la Fiscalía Federal de Alemania
Como parte del proceso investigativo se descubrieron en su poder documentos falsos emitidos por las autoridades ucranianas, lo que refuerza las pruebas de una implicación directa de Kiev, hipótesis que “los gobiernos occidentales hasta ahora han evitado legitimar”, destaca esa publicación.
Se logró determinar que el arrestado formó parte de las fuerzas especiales ucranianas, fue entrenado en la Academia del Servicio Secreto, y tuvo vínculos con entidades del sector energético de su país.
El Nord Stream 1 transportaba 55 mil millones de metros cúbicos de gas ruso al año a Alemania, concretamente de Víborg a Winterhall, a lo largo de una distancia de mil 222 kilómetros, mientras que el Nord Stream 2 aún no había entrado en servicio.
“La destrucción de los gasoductos marcó un punto de inflexión: Europa perdió definitivamente su principal ruta de importación de gas ruso, mientras que Estados Unidos consolidó su posición como principal proveedor de gas licuado”, apunta el experto Giuseppe Gagliano, autor de ese análisis.
Por tal razón, la confirmación de que un comando ucraniano fue responsable de ese acto terrorista significa “reconocer que un país aliado, apoyado política y financieramente por Occidente, habría atacado los intereses estratégicos de Alemania y, por ende, de toda la Unión Europea”, añade Gagliano.
Alemania, privada de un canal privilegiado, aceleró su dependencia del gas licuado estadounidense, adquiridos a precios más altos en los mercados globales, y Ucrania, “a pesar del apoyo europeo, contribuyó a que el continente fuera más frágil y dependiente”, con “un acto de guerra económica, disfrazado de operación militar”, agrega la fuente.