Ante la paradoja demográfica en un territorio simbólico, el pasado dos de agosto se conmemoraron 47 años de la designación Isla de la Juventud, denominación vinculada al perfil joven de su población en los años ’70, impulsado por planes de desarrollo territorial. Los datos históricos del Ministerio de Salud Pública (1978) revelan una población de 50 088 habitantes, donde el grupo etario de 15-34 años representaba el 38,4 por ciento (%) (19 261 personas), mientras los adultos mayores (≥65 años) apenas alcanzaban 2,9% (1 484 personas).

La realidad actual, según la Oficina Nacional de Estadística e Información (Onei) y el Minsap, evidencia una transformación radical: la población asciende a 72 448 habitantes, con 28,6% de personas ≥60 años (16 044 individuos). Este fenómeno sitúa al municipio especial con una tasa de envejecimiento acelerada (con una proyección de una del 29% para 2030).
¿Qué hacer frente al envejecimiento?
El envejecimiento poblacional hoy en la Isla tiene características particulares al resto del país y representa un producto del desarrollo y ventajas sociales, por lo que el proceso de este debe analizarse desde diversas aristas de las ciencias sociales, con un enfoque intersectorial y continuar invirtiendo en la calidad de vida de este grupo poblacional como vía para reafirmar el propósito de envejecer de forma saludable.
Las peculiaridades de este tema aquí es que se ha producido en bloque, ya que desde los años ’60 y ’70 el territorio tuvo un saldo positivo en el proceso migratorio, el cual se clasificaba como un territorio receptor, donde se tuvo un aumento de una población joven en edad laboral, reproductiva y en su gran mayoría de profesionales y técnicos que constituyó una fuerza necesaria fundamental para acometer los planes de desarrollo económico y social, ello ocasionó una estabilidad y crecimiento en la población en esos años, situación totalmente diferente ahora.
El envejecimiento poblacional repercute desde el punto de vista económico en una disminución de la fuerza laboral, con incremento de los pagos de la seguridad social. En la salud resaltan un grupo de enfermedades crónicas donde hay aumento en la prevalencia de estas. Las actuales determinantes sociales tienen su impacto negativo en este grupo poblacional que es mayoritario ante los procesos migratorios de la familia.
Particularidades del envejecimiento pinero:
- Dinámica migratoria histórica (“envejecimiento en bloque”). Entre 1960-1980, el territorio fue receptor neto de migración joven (profesionales y técnicos en edad laboral/reproductiva), esencial para proyectos socioeconómicos.
Hoy, esa cohorte concentrada ha envejecido de manera simultánea, generando una curva demográfica única en el país.
- Contradicciones actuales, aunque registra crecimiento poblacional (+7,3%) –excepcional en Cuba–, su estructura etaria se deteriora: 26% menos jóvenes que en 1978.
La emigración juvenil actual intensifica la sobrecarga en adultos mayores, sobre todo en mujeres.
Para dar respuesta a los variados retos que implica el envejecimiento demográfico no existe una fórmula mágica para lograr los mejores resultados posibles, pero es necesario potenciar y aprovechar más la inteligencia colectiva, las investigaciones sociales, el cúmulo de conocimientos y de experiencia alcanzados en los más diversos campos por la sociedad; propiciar una más efectiva participación y un mayor protagonismo de las organizaciones, instituciones bajo la dirección del Partido y el Gobierno, con iniciativas, toma de decisiones sobre los asuntos que atañen a las características del municipio y renovar las concepciones, las instituciones, los objetivos y métodos de actuación en función de la calidad de vida de este grupo poblacional que hoy es mayoritario y se prevé un crecimiento para el 2030.
Y tener presente lo planteado por el presidente de la República Miguel Díaz-Canel en febrero de 2023 y cito: “Estos cambios demográficos de la realidad actual de la población cubana constituyen una prioridad para el Gobierno cubano, donde existe un grupo de trabajo para el abordaje del envejecimiento poblacional. Y dar mayor sistematicidad al Programa sobre la dinámica demográfica es una realidad que es transversal a todos los procesos sociales, y a la vez uno de los asuntos más retadores y relevantes que enfrentamos hoy”.
(*) Colaborador
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