Determinan restricciones para Jair Bolsonaro durante su prisión domiciliaria

El juez Moraes ha decretado la prisión domiciliaria de Bolsonaro. Foto: RT

Todo indicaba, por el desarrollo de los procesos en su contra, que la prisión de Jair Bolsonaro se daría alrededor de octubre de este año. Él mismo ya se mostraba conforme con que iría preso.

Sus hijos, en particular Eduardo Bolsonaro, que se encuentra en Estados Unidos, ha pasado a concentrar sus ataques en contra del juez Alexandre Moraes, quien se encarga de la situación de su padre. Eduardo había logrado que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tomara medidas económicas duras contra Brasil, con el objetivo explícito de lograr una amnistía, especialmente dirigida para su padre.

De repente, el juez Moraes ha decretado la prisión domiciliaria de Bolsonaro. El ya tenía una tobillera, que permite el control de sus movimientos, para que fuera posible poner en práctica la prohibición de que Bolsonaro se acercara a cualquier embajada o consulado.

Pero ahora Moraes ha decretado la reclusión de Bolsonaro que, dada su edad y estado de salud, es una prisión domiciliaria, antes todavía de que salgan condenas de los procesos que se mueven en contra de él, quien ya estaba imposibilitado de candidatearse a cualquier cargo público.

Para intentar retomar la iniciativa, los bolsonaristas convocaron manifestaciones en gran cantidad de capitales de provincias del país el domingo pasado. Pero, como se podría esperar, la participación fue muy pequeña, lo que confirma que la imagen de Bolsonaro, hoy atacado fuertemente por todos los medios de comunicación, se encuentra en una caída irreversible.

A la vez, la ofensiva de Donald Trump contra Brasil, impulsada por el hijo que se encuentra en Estados Unidos, buscaba precisamente evitar su prisión. Pero la Casa Blanca ya había flexibilizado gran parte de las medidas tomadas inicialmente, a la vez que Trump se dispuso a conversar con el presidente de Brasil, Lula da Silva. 

Antes de llamar a Trump, Fernando Haddad, el ministro brasileño de Economía, ha establecido conversaciones con un asesor de Trump, para preparar la llamada telefónica entre los dos mandatarios.

A ver de qué forma la prisión domiciliaria puede afectar esa actitud de acercamiento que el presidente de Estados Unidos ha tenido hacia el gobierno brasileño. Lula ha protestado fuertemente contra las medidas económicas de Trump y contra el intento de interferir en los procesos del Poder Judicial brasileño. Pero aceptó conversar por teléfono con Trump.

Ahora todo depende de la reacción de Trump a la reclusión domiciliaria de Jair Bolsonaro.

El expresidente de Brasil no podrá usar celular, recibir visitas —salvo de sus abogados— ni salir de su residencia sin autorización judicial. Así lo determinó el juez Alexandre de Moraes, del Supremo Tribunal Federal (STF), al ordenar su arresto domiciliario tras constatar el incumplimiento de las medidas cautelares impuestas en julio.

Además de la prohibición de utilizar cualquier dispositivo móvil, Bolsonaro deberá seguir portando la tobillera electrónica de monitoreo constante. La Policía Federal ya incautó uno de sus teléfonos y recogió los demás aparatos disponibles en su domicilio.

La orden también establece que nadie podrá ingresar a la vivienda sin permiso del STF, y que los visitantes autorizados —exclusivamente sus abogados— tienen prohibido utilizar celulares, tomar fotografías o grabar imágenes en el interior.

El expresidente tampoco podrá mantener contacto con otros investigados en las causas que enfrenta, relacionadas con la tentativa de golpe de Estado tras las elecciones de 2022.

El endurecimiento de las restricciones se produjo luego de que su hijo, el senador Flávio Bolsonaro, publicara —y luego borrara— un video en el que su padre se dirigía a sus seguidores durante una manifestación celebrada el domingo pasado, en defensa de la amnistía a militares y civiles implicados en el asalto a los tres poderes del Estado en enero de 2023. El contenido fue interpretado por la Corte como una violación de las medidas cautelares anteriores.

“Violaciones deliberadas y reincidentes”

En su fallo, De Moraes advirtió que Bolsonaro incurrió en “violaciones deliberadas y reincidentes”, y utilizó las redes sociales de aliados —incluidos sus tres hijos parlamentarios— para difundir mensajes con un “claro contenido de incentivo e instigación a ataques al STF y apoyo a la intervención extranjera en el Poder Judicial brasileño”.

El magistrado subrayó que el exmandatario mantuvo una “conducta ilícita encubierta”, al preparar material político previamente grabado para su difusión durante manifestaciones, burlando así las restricciones sin necesidad de usar directamente sus propios perfiles.

El documento judicial también menciona una videollamada realizada por Bolsonaro al diputado Nikolas Ferreira y considera que este hecho es una nueva infracción. Otro caso citado fue la imagen del expresidente hablando por teléfono durante el acto en Copacabana, en Río de Janeiro, publicada —y posteriormente eliminada— por Flávio Bolsonaro, en lo que el STF interpretó como un intento de ocultar la falta.

Desde noviembre de 2024, Bolsonaro reside junto con su esposa Michelle y su hija Laura en una casa dentro del condominio Solar de Brasilia, en el exclusivo barrio de Jardim Botánico, adonde se mudó alegando falta de espacio y privacidad en su vivienda anterior. Será allí donde cumpla la prisión domiciliaria, bajo estricta vigilancia.

“La Justicia es ciega, pero no es tonta”, comentó De Moraes, quien añadió que “no permitirá que un acusado la ridiculice creyendo que la impunidad está garantizada por el poder político o económico”.

El ex presidente Jair Bolsonaro cumplirá su prisión domiciliaria en el exclusivo barrio de Jardim Botánico. Foto: RT

(Con información de Al Mayadeen y RT)

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