FOTOS: Yoandris Delgado y cortesía de Alcides Betancourt
Apreciar los crecientes volúmenes de desechos sólidos en los microvertederos generados por el actuar inconsciente del ser humano constituye no solo es un recordatorio del consumo desmedido de la sociedad y su poca capacidad para gestionar tal derroche, sino también de las oportunidades que se pierden para proteger el planeta. Cada botella, lata, bolsa o empaque abandonado a la merced de la naturaleza, representa un fracaso colectivo.

Una amplia variedad de artículos de diferente composición se puede encontrar en cualquier rincón de la ciudad, donde con solo verter un cesto de basura se “oficializa” el derrame multitudinario de irracionales cantidades de desperdicios.
Entre toda esa amalgama de productos están los residuos de plástico, material que en los últimos años se ha convertido en uno de los más abundantes en el orbe. De acuerdo con publicaciones especializadas en la materia apareció en la década de los ’50 como un gran descubrimiento y hoy sobresale entre los contaminantes más peligrosos del medio ambiente.
Su impacto medioambiental es muy agresivo, sobre todo por su lenta degradabilidad y la composición química que presentan; además de ser responsable del diez por ciento (%) de la contaminación en el mundo.
RECICLAJE, PROCESAMIENTO Y PRODUCCIÓN
En la Isla de la Juventud –como en toda Cuba– la Empresa de Recuperación de Materias Primas tiene como objeto social y tarea básica el recobro de los desechos generados en el sector estatal y residencial.
Según destacó Alcides Betancourt Tour, director de la entidad en el territorio y conocido popularmente como Chile, hoy la producción del plástico posee un impacto importante en el cumplimiento del plan técnico-económico, pues es un elemento contaminante y pude encontrarse en abundancia en los lugares públicos, además del nivel generado en el hogar.

Por tanto, respondiendo al llamado de recuperar, sanar el medio ambiente y producir para satisfacer necesidades, la empresa lo recicla, procesa y convierte en nueva materia prima que soluciona una demanda popular necesaria para la economía y la población.
Ponderó el experimentado directivo que para ello instalaron una pequeña fábrica destinada a producir elementos de plástico. “Eso lleva un proceso, –explicó Betancourt Tour– primero recuperamos el proveniente de la economía y las viviendas. Una vez que arriba a la entidad se clasifica por colores y tipología, está el plástico ABS, PVC, PET y el de alto impacto.
“Tras separarlos se cortan en una sierra en trozos que puedan introducirse en el molino donde son triturados y luego cernido con la intención de evitar que el polvo generado contamine las producciones. También se limpia para retirarle las manchas, polvo, impurezas y adquiera un nivel de brillo.

“A partir de ahí entra a la máquina extrusora, ahí producimos los diferentes artículos. Con ese plástico –que tiene un porciento de nailon– se fabrican mangueras de diferentes medidas, de tres cuartos, media y una pulgadas.
“Se hacen conexiones hidráulicas como las T, Y, codos, sifas, además de cajas eléctricas, pozuelos. Todo eso en la actualidad tiene un impacto en la economía y elevada demanda, en especial las mangueras”.
Señaló Alcides que hoy la producción de este último surtido aún no satisface las necesidades: “Cada año fabricamos en el orden de 35000 y hasta 50 000 metros (m), además de tubería, e incluso así no da abasto.

“Hemos hecho un estudio, en el tema de conexiones está en el orden de unas 60 000 anuales y alrededor de 100 000 m entre mangueras y tuberías que hoy solicitan los organismos y la población”.
Precisó que las personas adquieren en mayor medida la de una pulgada y de tres cuartos para utilizarlas en las instalaciones de turbinas y tanques para agua. Por su parte las de media pulgada la emplean en otras tareas del hogar.
En el caso de los parceleros que siembran hortalizas y disponen de fincas más pequeñas, usan la manguera para los sistemas de riego. Así sucede en los organopónicos y organismos como el Ministerio del Interior, la Agricultura, Construcción, Vivienda y Comercio.

Respecto al nailon, constituye un producto que se recupera y compra a la población por un precio de 40 pesos el kilogramo. Aclaró Chile que debe entregarse limpio. Este material atraviesa un proceso de clasificación y luego se mezcla con el plástico para proporcionarle flexibilidad, en específico a las mangueras, pues la tubería –por su característica rígida– no lleva este elemento.

PODER INNOVADOR DEL COLECTIVO
Muchos pudieran pensar que para obtener dichas producciones la entidad cuenta con un equipamiento importando de tecnología de punta, pero no, son máquinas artesanales que funcionan gracias al poder innovador del colectivo.
“Fue una orientación del Comandante de la Revolución Ramiro Valdés Menéndez, quien nos indicó lograr el principio de la economía circular en la entidad; en este caso recuperar el plástico, procesarlo, producir surtidos y comercializarlos.
“La Empresa Industrias Locales en aquella época poseía tres o cuatro máquinas que no tenían alta producción y se decidió mover esos equipos para acá. Se las compramos, les hicimos algunos arreglos e innovaciones y aumentamos su capacidad productiva. Son prácticamente hechas por nosotros.
“Hicimos los molinos, los bancos de sierra, la grúa para levantar los moldes. Hoy contamos con una máquina para fabricar niples de tres cuartos y media pulgada. Disponemos de tres extrusoras destinadas a producir conexiones, una para hacer mangueras y tuberías, y otra paletizadora para derretir el nailon.
“El ciento por ciento de los elementos de plástico producidos en la empresa se consumen en el municipio, no hemos sacado nada fuera del territorio porque aún no logramos satisfacer la demanda total de la Isla.
“De lo fabricado aquí el 70 % tanto en conexiones como en tuberías y mangueras lo ofertamos a la población a través del sistema de Casas de Compra, el resto se le expende al sector estatal”.