Que más de la mitad del total de las denuncias hechas en lo que va de año desde los barrios pineros por los mecanismos establecidos, informando de violaciones ocurridas, se encaminen a frustrar casos vinculados a las adicciones confirman que esos escenarios están más alertas ante el uso indebido y tráfico ilícito de las drogas.

Pero también evidencian que es mayor la percepción de riesgo en la población y el rechazo popular a esas dañinas sustancias que hoy entrañan superiores peligros por la aparición de nuevas mezclas que aumentan la penetración, contaminación y riesgos.
Esa actitud cada vez más generalizada es parte de la determinación que reafirman los cubanos de construir un futuro libre de ese flagelo que tanto perjudica a los jóvenes y las familias, y exige la activa participación de todos frente a esa seria amenaza a la salud, a la estabilidad social y a la seguridad nacional.
Indetenible es la batalla del país con los factores sociales e instituciones en aras de detectar, prevenir, rehabilitar y enfrentar resueltamente un desafío que no puede limitarse a los ejercicios realizados.
Las acciones convocadas en esas etapas como charlas educativas y preventivas en comunidades y centros de trabajo, preparación a líderes de organizaciones, controles, juicios ejemplarizantes, ferias de salud e intercambios con pacientes por adicciones, están llamadas a ser práctica cotidiana para evitar caer en la trampa.
Con planillas que llegan a las autoridades indicadas estas denuncias permiten a la Policía Nacional Revolucionaria y demás órganos del Minint, así como a la Fiscalía, y los aparatos inspectivos actuar con prontitud, frustrar transgresiones que afectan a las familias, a la economía y a la tranquilidad, así como dar seguimiento a la batalla no solo contra las drogas, sino también frente a otros delitos, violaciones diversas e indisciplinas.
Las denuncias de la población forman parte del amplio control popular establecido en Cuba, en que el pueblo es el principal garante de instalaciones y recursos, así como del orden, la tranquilidad, la decencia, el respeto y enfrentar a insensibles que trafiquen con dañinas sustancias o suban abusivamente precios.
A ese ambiente de orden y transparencia se ha llamado para evitar asomen la cabeza especuladores y proclives a otros delitos, pero al cual más puede contribuir el barrio con oportunas denuncias, que este año han permitido actuar además contra los que abusan con precios quiméricos, o incurran en desvío de recursos, venta ilegal de combustibles, actividades económicas ilícitas, infracciones e indisciplinas, según informara la dirección municipal de los CDR.
Mas, la lucha contra las drogas es a sangre y fuego frente a una amenaza y a un enemigo silencioso disfrazado de escape, pero que conduce al abismo, con efectos devastadores desde alucinaciones, agresividad, conductas violentas o suicidas, daño cerebral irreversible y estado de coma o muerte súbita, hasta trastornos mentales permanentes y desintegración social y familiar.
Un documento de necesario estudio y análisis, elaborado por nuestro Partido, señala que es un deber impostergable de sus militantes y de la UJC, así como de las organizaciones de masa y de la población, movilizar la conciencia y la responsabilidad.
Importante oportunidad serán las reuniones convocadas para su estudio que desarrollarán hasta junio los núcleos partidistas y comités de base de la UJC, junto al debate público en colectivos estudiantiles, de trabajadores, campesinos y comunidades.
El Primer Secretario del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, llama en tabloide publicado en el sitio web de la organización a reforzar la prevención y enfrentamiento integrales a las drogas por instituciones del Estado y del Gobierno, principalmente intensificar la preparación de profesores e involucrar más a hogares y grupos de prevención y atención social.