Para no sufrir la angustia de perderlos

No son pocos los que todavía hablan en el reparto Micho 70 de lo impactante que resultó la escenificación realizada por los estudiantes de la escuela pedagógica Martha Machado durante un reciente barrio debate, cuyo tema principal era la prevención y el enfrentamiento a las drogas, un problema que lacera y exige “tolerancia cero”.

Y como especialistas advierten sobre el incremento del consumo de sustancias con fines no terapéuticos, sobre todo en adolescentes y jóvenes, por estos días tienen lugar estos encuentros en diferentes barriadas del territorio porque la situación si bien demanda de miradas diferentes en el ámbito familiar, también lo exige desde el comunitario.

Foto: Tomada del perfil de Radio Caribe
Foto: Tomada del perfil de Radio Caribe

Así desandan repartos y centros estudiantiles integrantes del proyecto #Senti2Cuba, para intercambiar con los pineros acerca de temas relacionados con la violencia de género, la sexualidad y… las adicciones.

Lo distintivo es que enganchan y conectan con la gente, porque les llegan con presentaciones escenográficas y una buena dosis de argumentos acerca de las nefastas consecuencias del consumo de drogas con el propósito de sensibilizar a todos y fortalecer ese trinomio tan necesario llamado familia-escuela-comunidad.

Si el asunto en este momento suele ser recurrente y se quiera llegar a todos los espacios no es precisamente por mero capricho sino porque hay bombillos de alarma, historias estremecedoras en los hogares, instituciones educacionales, recreativas y calles que duelen, lastiman y le corroen el alma a cualquiera.

Según los expertos, y también la propia vida lo afirma, el consumo de sustancias poco a poco se convierte, hasta cierto punto, en un estilo de vida en grupos poblacionales, pero lo preocupante es que cada vez se comienza en edades muy tempranas porque no son pocos los adolescentes que inician con el hábito de fumar para “reafirmarse” como tal, ser aceptado por el grupo o “atractivos” para sus conquistas.

De igual manera se evidencia un marcado policonsumo, pues en los últimos tiempos se han incorporado nuevos químicos, en ocasiones no tan conocidos, hasta más mortales y, por supuesto, más complicados de enfrentar y atender.

Es cierto, la compleja e insostenible situación del país, ha agudizado algunos males, que van desde el embarazo precoz en los adolescentes, los deambulantes, los llamados “buzos”, la delincuencia… hasta el consumo de drogas; además de fallos y brechas en los mecanismos establecidos para prevenirla o enfrentarla.

Sin embargo, soy de las que piensa que en medio de este embarazoso escenario, en que es tarea ardua llevar el alimento a casa y asegurar otras necesidades básicas, la familia debe hacer un alto en el camino para cumplir mejor con esa función educadora.

Lo considero así no solo porque resulte mucho más saludable educar que reeducar sino porque conozco de hogares destruidos por las adicciones a las drogas, de angustias y sufrimientos de padres que en ocasiones ya no saben a qué recurrir para tener de “regreso” a su hijo.

Muchas personas se han acostumbrado a dejar el asunto en manos del Estado y así no se puede lograr la decisión de ¡Tolerancia Cero!, debemos ser activos como sociedad, y se empieza en la familia, luego en la escuela y la comunidad, porque es política del Gobierno la cero tolerancia a las drogas. Entonces es más sensato estar más presentes por el bien de la salud de nuestras muchachas y muchachos, para no padecer la angustia de perderlos.

Imagen: https://smdifixtapaluca.com.mx/

 

 

 

 

 

 

Otros artículos del autor:

Isla de la Juventud Opinión
Karelia Álvarez Rosell
Karelia Álvarez Rosell

Licenciada en Defectología en la Universidad Carlos Manuel de Céspedes, Isla de la Juventud. Diplomada en Periodismo con más de 30 años en la profesión.

Colaboradores:

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *