
Con diciembre llega el merecido homenaje a los educadores, que en la Isla de la Juventud varios de ellos reciben el Premio Especial del Ministerio de Educación, distinciones y reconocimientos
Pequeños de la primera infancia bailan en el escenario, sus travesuras y movimientos casi arrítmicos emocionan y hasta le provocan risas a los presentes, la mayoría educadores, seres de luz y amor; mientras, pienso en los nombres de esos maestros que atesoro en mi memoria y alma.
Y no solo los evoco, llegan a mí su atrevimiento, entrega, paciencia, sus clases, consejos, regaños, risas, bailes… y un sinfín de enseñanzas que marcan esa etapa fresca y lozana, a la que muchos llamamos la mejor de todas: la de estudiantes.
Así es, llega el 22 de diciembre: Día del Educador. Al unísono recordamos una alfabetización que no solo alumbró con faroles hasta los lomeríos más recónditos sino también muchas vidas al lograr el milagro de escribir sus nombres, gracias a una campaña que engrandeció y estremeció a toda Cuba.
En el cine Caribe resuenan los aplausos, se colma del sentido reconocimiento y homenaje a quienes a pesar de los agobios del día a día no abandonan el aula y se aferran al pizarrón porque saben que de sus lecciones hay quienes aprenden, amplían conocimientos, sueñan y vuelan.

Momento emotivo fue cuando al especialista en Educación Especial y quien ha ocupado disímiles responsabilidades en su extenso bregar, José Ricardo Abad Gomero, le confirieron el Premio por la Obra de Toda la Vida.
Por su parte Sonia Hernández, del círculo infantil Grandes Alamedas; Bárbara V. Álvarez, de la escuela primaria Che Guevara; Clotilde Vega, de la Lázaro Mesa; Wilfredo Floirán, de la Manuel Ascunce y Rosa M. Núñez, del preuniversitario de ciencias exactas América Lavadí, recibieron el Premio Especial del Ministerio de Educación.
De igual forma lo merecieron Odalis Pérez, de la facultad obrera campesina Conrado Benítez; Dayamí Velázquez, de la pedagógica Marta Machado; Wilmer E. Hernández y Daima Batista, de la Dirección Municipal de Educación, todos por su destacado desempeño al servicio de la formación de las nuevas generaciones.
A otros educandos destacados les otorgaron la Distinción Rafael María de Mendive y Por la Educación Cubana, por sus relevantes méritos en el quehacer educacional; mientras a la escuela Josué País le entregaron la Placa XXII Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba.

Ena Nilvia Reyes, directora general del sector aquí, subrayó los logros educacionales alcanzados por el país durante estos años de Revolución, “gracias al trabajo abnegado, sacrificado y hermoso de quienes ejercen el magisterio”.
Puntualizó que a pesar de la difícil situación por la que atraviesa la nación laborarán por el completamiento de la cobertura docente, la superación del personal, elevar los resultados de las pruebas de ingreso a la Educación Superior, fortalecer la soberanía alimentaria y el quehacer político e ideológico, entre otras prioridades.
Esta jornada de homenaje incluyó el agasajo a jubilados, antiguos directores de Educación, cuadros, planteles educacionales, niveles educativos y otros educadores destacados, esos que instruyen, enseñan, guían y alientan; esos maestros que por ser ejemplo y corazón siempre se llevan en el alma.

