La extraordinaria obra construida por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz trasciende más allá de lo imaginable, más allá de las fronteras de un país que es paradigma para el mundo por las conquistas alcanzadas con el empeño de su gente.

El municipio especial Isla de la Juventud también constituye una realización, surgida del maravilloso ideario del Líder Histórico de la Revolución Cubana, que el seis de junio de 1959 aterrizó por primera vez en este hermoso terruño para emplazar los cimientos de lo que hoy tenemos.
“Por fin Isla de Pinos puede iniciar una historia nueva y una historia enteramente cubana”, así expresó Fidel mientras propuso un total de 11 tareas como parte del plan de rehabilitación económica y social, encaminadas a utilizar los recursos y las potencialidades en favor del desarrollo local y la prosperidad de los pineros.
A 65 años de la trascendental visita, los pineros recordaron, este jueves, de manera especial ese momento, en un encuentro dedicado precisamente al importante suceso, que resultó clave en la transformación de una tierra en ese entonces apartada, a una que fue paradigma mundial en la educación internacionalista. Muchas resultaron las transformaciones que se materializaron desde aquella fecha en función del porvenir, comenzando en los primeros días de enero con la instauración del poder político en el territorio tras el triunfo revolucionario y el traspaso al poder del nuevo Estado Cubano de las principales propiedades, latifundios e industrias más importantes de la entonces Isla de Pinos.
Este y otros detalles fueron abordados por el historiador Roberto Únger Pérez, quien rememoró que el Comandante en Jefe llegó a la Isla luego de varios meses del triunfo revolucionario y en un momento de estabilidad en la estructura del poder, tras la destrucción del viejo aparato político-militar burgués imperante en el país y la estructuración de un nuevo sistema político y administrativo.
Al pisar suelo pinero por el aeropuerto de Siguanea en las cercanías del hotel Colony, destacó el historiador que ya lo esperaban acá Raúl Castro Ruz y Vilma Espín Guillois y además se encontró con Antonio Núñez Jiménez, Celia Sánchez Manduley y un grupo que lo acompañó a sobrevolar el territorio para apreciar las principales propiedades que tuvo la burguesía y ya habían sido nacionalizadas.
La concentración espontánea del pueblo para ver a Fidel resultó una evidencia muy significativa de su liderazgo y del apoyo total a la Revolución naciente.
Desde entonces se reunió el pensamiento en función de la concepción del desarrollo, de la importancia de explotar las potencialidades de él para consolidar el turismo, tanto nacional como internacional, el desarrollo agropecuario, siempre desde la concepción de erigir una Isla sostenible.
En la actualidad dicha efeméride debe constituir acicate para continuar avanzando en el desarrollo del terruño con el esfuerzo de su gente, recuperar lo perdido y avanzar en obras para el bienestar del pueblo, creando un movimiento político productivo que permita aportar al país y lograr como diseñó Fidel, que la Isla se convierta en el modelo de municipio para el país.