El trabajo con fibras, tejidos, corte y costura, peluquería, reciclaje, confección de medios de enseñanza y culinaria, son algunos de los talleres comunitarios que ahora serán impartidos en la nueva casa taller de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) en La Demajagua, Isla de la Juventud.

La casa taller Andrea Rives Rives, debe su nombre a esa fundadora de la organización femenina en la localidad, quien, a pesar de ya no encontrarse hoy presente, dejó con su obra un legado que sus coterráneas mantienen latente en la labor cotidiana.

“Acercar más los servicios de la Casa de Orientación a la Mujer y la Familia (COMF) a las comunidades –dijo Marisdelvis Juliá Valdespino, secretaria general de la FMC aquí– es el propósito fundamental de estos novedosos espacios, que en el territorio ya contamos con cuatro”.

Sierra Caballos, La Fe (Proyecto Manantial), Abel Santamaría, y ahora La Demajagua, son los consejos populares que en el Municipio ya se benefician con los servicios de talleres, en cada uno de ellos según las necesidades propias de cada demarcación se imparten indistintamente las temáticas más solicitadas.
Durante la inauguración de este último, María del Carmen Alonso Peña, una federada que los años no le arrebatan la creatividad de las manos, expuso cómo logra a partir de materiales en desuso darles una nueva utilidad.

“Pedacitos de tela, recortes de madera, cartulina, cartón, plásticos, pomos desechables, CD, hilos…todos los materiales que hay alrededor los podemos aprovechar. Aquí tenemos muñecos, portacelulares, portacepillos, entre otras manualidades que pueden tener una función tanto utilitaria como decorativa”, recalcó María del Carmen, quien considera que su ingrediente fundamental “es el amor, siempre el amor”.
Entre el intercambio que propició el encuentro de apertura, las féminas dialogaron en torno al tema de la violencia de género, un asunto que no es privativo de mujeres sino también de algunos hombres.

Concordaron, además, en que ese espacio será motivo para el trabajo profiláctico en ese sentido y en torno a las indisciplinas sociales, el desempleo en los jóvenes y el embarazo en la adolescencia.
Juliá Valdespino, al concluir, invitó a los presentes a participar con un donativo para la confección de una canastilla para el venidero aniversario de la FMC, el 23 de agosto, y que tendrá como peculiaridad que será entregado, no a la madre que primero dé a luz a su bebé, sino a aquella que más lo necesite.
Las noveles casas taller, representan en el barrio una de las tantas tareas desprendidas de las COMF, que tienen su origen en el año 1990 gracias a la iniciativa creadora de Vilma Espín, eterna presidenta de la FMC, cuya historia de su trabajo social y cercanía con la comunidad y esencia orientadora junto a acciones como la superación, prevención y apoyo, le avala que constituyan hoy, sin lugar a dudas, un espacio para todas y todos.

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