
El ajetreo se intensifica, hombres –la mayoría con overoles y cascos–, no cesan en sus faenas. Algunos dejan bien ajustadas las baterías para protegerlas, incluso, de los eventos climatológicos que en ocasiones escogen al territorio como pasadizo.
Otros dejan listas la jardinería y las cercas de este puesto, enclavado en la Empresa Eléctrica, que constituye una de las inversiones más importantes que acomete la entidad, gracias a la colaboración extranjera.

La mañana avanza y los trabajadores junto con ella. Mientras indago me satisface conocer que al proyecto que pretende mejorar el suministro de energía eléctrica en la Isla de la Juventud le brindan los toques finales con vistas a su puesta en marcha en días próximos. ¡Será todo un acontecimiento!
También me agrada ver a integrantes del sector no estatal consolidando esa integración requerida con las empresas estatales. Alexis Figueredo Acosta, operario y jefe de brigada de la mipyme Piedras Tarano, consideró de muy buena la experiencia, por la envergadura de la inversión y también por lo que ha representado para sus salarios.

“Desde hace más de dos meses realizamos labores constructivas y de pintura. Ahora estamos fajaos con los jardines exteriores. Las jornadas son intensas, sobre todo en estos momentos en que la obra está en sus días finales. Muchas veces ni los domingos descansamos debido a la necesidad de terminar, claro, sin descuidar la calidad”.
Otra de las entidades que han tenido un peso primordial en la concreción del proyecto ha sido la Empresa de Automatización Integral (Cedai), encargada de brindar diversos servicios como electricidad y redes, consultoría y asistencia técnica, entre otros.

Francisco Compani García, uno de sus especialistas principales, explica que al ser contratados por la Empresa Eléctrica, “nos hemos ocupado del aterramiento del sistema completo, de la conexión del cableado de las baterías y los PCS; al propio tiempo hemos tensado todos los contenedores.
“En los casi cuatro meses que llevamos han sido varios los quehaceres. Es la primera vez que asumimos una inversión de esta magnitud y lo hacemos con mucha responsabilidad. Ha representado tremenda experiencia”, asegura.
VALÍA DE UN PROYECTO
Mientras recorro la obra recuerdo cuando por el 2016 se comenzó hablar de la necesidad de un proyecto para el mejoramiento del suministro eléctrico, que permitiera ampliar la penetración al sistema electroenergético local con más Fuentes Renovables de Energías (Fre).
Al día de hoy, la Isla de la Juventud logró una inyección de casi un siete por ciento de energía limpia, a partir de los aportes de la eólica con el parque Los Canarreos; los fotovoltaicos –tres en la localidad–, el último fue el ubicado en las cercanías de la universidad Jesús Montané Oropesa; además de la biomasa forestal.

Antonio Figueredo Matos, especialista principal del Grupo de Desarrollo de la Empresa Eléctrica y administrador del proyecto aquí, rememora los primeros pasos para hacer realidad esta inversión, donde han intervenido disímiles empresas, algunas sin detenerse siquiera en medio de la pandemia de la covid 19.
“De allá a acá ha llovido mucho. Desde la localización y los proyectos del lugar, el movimiento de tierra, los cimientos, la construcción de cada uno de los objetos de obra hasta el arribo y traslado del equipamiento hacia el municipio; así como su instalación. Ahora se dice fácil, pero ha requerido de mucho esfuerzo, constancia y exigencia.
“La obra se acomete en el mismo momento en que el país presenta una situación energética compleja por lo cual, para la ejecución de esta, acudimos a las fuerzas estatales, mipymes y TCP de la localidad, que han dado una buena respuesta; además de nuestros propios obreros y especialistas.
“Estamos en la etapa de ajuste de los equipos y solución de las recomendaciones realizadas por los consultantes para dejar todo en óptimas condiciones de cara a su puesta en marcha.
“Este proyecto por vez primera se concreta en Cuba y nació con el propósito de lograr, a corto plazo, la transformación de la matriz energética del territorio a partir del establecimiento de nuevas instalaciones para la generación eléctrica con energía renovable, lo cual posibilitará la sustitución de manera paulatina del combustible fósil.
“No se trata de incrementar la demanda instalada, sino de lograr estabilizar el sistema. De no disponer de este proyecto existirían muchas dificultades para asegurar la calidad del servicio eléctrico; oscilarían demasiado la frecuencia y el voltaje, redundando en afectaciones de los equipos electrodomésticos en los hogares.
“También va a permitir que si en un momento determinado hay déficit de generación se pueda suplir esa carga en un corto período de tiempo, de forma tal que brinde cobertura hasta arrancar otra máquina y así evitar oscilaciones grandes de frecuencias; además favorecerá el cuidado de la capacidad instalada en estos momentos y la extensión de los mantenimientos, pues los motores acumularán menos horas con la penetración de energía limpia al sistema.
“Constituye una estrategia del Ministerio de Energía y Minas y de nuestra empresa el cambio de la matriz eléctrica, lo cual coadyuvaría, además, al ahorro de combustible y, por ende, a la eficiencia energética”.
Por el ingeniero conocimos que todo ello forma parte de una primera etapa, pero queda otra consistente en conectar las nuevas unidades generadoras, emplazadas durante el pasado año para dar respuesta al déficit de generación debido al crecimiento de la demanda, motivo por el que no se incluyeron en el proyecto inicial.
Ello significa que en un primer momento no se explotará al ciento por ciento, al potencial completo se llegará solo cuando acometan esa segunda etapa y en el 2025 comiencen con la instalación de los nuevos parques con Fuentes Renovables de Energías proyectadas.
Por ahora, el sistema de baterías de descargas rápidas casi concluye. Especialistas y trabajadores emprenden jornadas intensas para no dilatar la puesta en marcha de una inversión que permitirá estabilizar frecuencia e incrementar nuevas cargas de energías renovables. El propósito es llegar al 24 por ciento en el 2030, pero la meta siempre será apostar por más inyección limpia al sistema electroenergético territorial.