
Los fines de año se convierten para no pocas personas en tiempo de reflexión acerca de lo logrado, lo vivido, establecer metas para el futuro y de hacer resoluciones para la nueva etapa que está por venir.
Otros, solo prefieren centrarse en el aprendizaje alcanzado y no faltan los que desean con cada fibra de su ser que termine con la esperanza de que al iniciar el siguiente, todo les irán bien, harán las cosas de manera diferente…
Cierto es también que traen una singular mezcla de emociones porque convergen la ilusión por el nuevo comienzo, el anhelo de mejorar, pero no falta la incertidumbre de cómo vendrá el próximo y si podremos, con certeza, hacer realidad todo lo que nos propongamos.
Para los cubanos el 2025 ha sido bien duro, la crisis socioeconómica, el asfixiante bloqueo, los molestos apagones, carencia de alimentos, medicamentos, pérdida de valores y más han mellado la espiritualidad y dado paso a la desmotivación.
No es secreto que crece la emigración, el buscar tener un proyecto de vida fuera de la tierra que nos vio nacer, mas igual el reinventarse y ver nuevos horizontes aquí mismo, cambiando de profesión o por medio de un emprendimiento.
Lo que se vive hoy puede revertirse y que esta Cuba puede ser mejor es el deseo de millones. Lo realizado este año y el Programa de Gobierno concebido para corregir las distorsiones que frenan el desarrollo, así lo demuestran. Este, por naturaleza, es un pueblo rebelde y resiliente. Lo ha demostrado a lo largo de su historia en la cual en cada etapa ha salido airoso. Frente a todas las adversidades hemos logrado mantener nuestra esencia e identidad. El cambio no solo en lo personal sino como nación depende de todos, de lo que aportemos y del cómo decidamos contribuir.
Que la despedida del 2025 y el abrazar el 2026 sea tiempo, además, para tomar mejores decisiones, de diseñar un año no solo productivo, sino también enriquecedor y en consonancia con lo realmente importante, la familia, crecer en lo personal y lo profesional; ser más espirituales, menos materialistas, desterrar el consumismo y conectar con los valores.
Al escribir este comentario vivíamos el día 363 del año. Usted mira a su alrededor y lo que ve es ambiente de camaradería… no pocos contando los días que faltan. Mira y se admira de un país que vive y late en la pujanza de su gente, convencida de que todo tiempo futuro tiene que ser mejor porque en eso lo convertirá.
Vivamos la nueva etapa con creatividad y determinación; desde la unidad y el orgullo de ser cubanos. Hagamos de cada día una nueva epopeya y crezcamos desde la resistencia que nos caracteriza como pueblo. Esta es tierra irredenta, de esperanza y amor.
