Muchos sábados tiene el año pero ninguno ha sido ni será como este 28 de octubre. El pueblo de Cuba recuerda; en la Isla de la Juventud tampoco se olvida ni la sonrisa amplia ni el sombrero alón del carismático Comandante de la Sierra Maestra, Camilo Cienfuegos Gorriarán.
Un mar de pueblo volvió a las calles, en una simbólica marcha que rememora aquellos días en que se buscó, a lo largo y ancho de todo el país, los restos de Camilo y sus compañeros de vuelo, el piloto Teniente Luciano Fariñas y su escolta Sargento Félix Rodríguez.
A 64 años de la abrupta desaparición, las flores de los jardines son traídas nuevamente al mar; las llevan en sus manecitas los niños, mientras los más mayores las lanzan aún con su voz en la memoria cuando dijo:
“Y que no piensen los enemigos de la Revolución que nos vamos a detener, que no piensen los enemigos de la Revolución que este pueblo se va a detener (…) De rodillas nos pondremos una vez, y una vez, inclinaremos nuestras frentes… y será el día que lleguemos a la tierra cubana que guarda veinte mil cubanos, para decirles: ‘¡Hermanos, la Revolución está hecha, vuestra sangre no salió en vano!’”.
Hoy, al cerrar el homenaje al gigante Héroe de Yaguajay, Yusmari Olivera Pupo, secretaria general de la Central de Trabajadores de Cuba aquí, le respondió vigorosamente: “Compatriotas, alcemos nuestra frente para decirle a Camilo: ¡Hermano, la Revolución está hecha y es indetenible: su lucha ahora es por el futuro!
“Repitamos todos con fuerza los versos de Bonifacio Byrne como lo hizo Camilo en su último discurso: ‘Si desecha en menudos pedazos, llega a ser mi bandera algún día, nuestros muertos, alzando los brazos, la sabrán defender todavía’”.
La marcha unida encabezada por Osbel Lorenzo Rodríguez, primer secretario del Comité Municipal del Partido; y Rafel Ernesto LiceaMojena, presidente de la Asamblea Municipal del Poder Popular, no se hizo esperar al llamado de estos versos, que han acompañado al pueblo cubano durante más de un siglo, en la incansable lucha por la independencia y soberanía de la nación.
Hasta el remozado malecón pinero llegaron junto a las máximas autoridades locales, cuadros centro, funcionarios de las organizaciones políticas y de masa, estudiantes de los distintos niveles de enseñanzas, combatientes de la Revolución cubana, familias, el pueblo todo cual canto a Camilo, porque está vivo “en el alma, del pueblo de tu cariño, en la risa de los niños, y en el verde de las palmas”.
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