No se llega aquí por naufragio. Se llega por decisión, por propósito, o quizás, por ese imán silencioso que ejercen los territorios forjados a contracorriente. Cruzar la ensenada de la Siguanea hacia esta ínsula no es solo un trayecto en ferry, es un viaje hacia una identidad tallada a golpe de esfuerzo colectivo.
Hoy Nueva Gerona, la ciudad cabecera de Isla de la Juventud, cumple 195 años de fundada y su aniversario es el pulso vivo de una comunidad que ha hecho de la resiliencia su cimiento.
El andar de su gente es el compás del tiempo. En el parque Lacret, bajo la sombra de los árboles que han visto pasar generaciones, se mezclan acentos. No hay un solo tono, sino un coro. Aquí la historia se escribe con apellidos que llegaron en oleadas: orientales que buscaron nuevas tierras y antes emigrantes de las Islas Caimán, de Jamaica, y otros lares que dejaron su huella en la arquitectura de madera y en la calma laboriosa.
Nueva Gerona nunca fue un destino casual, fue desde su fundación en 1830, un proyecto deliberado, un imán para pioneros. La ciudad es un museo de propósitos cumplidos y renovados. Fue colonia penal, después crisol de la reforma agraria, más tarde epicentro de escuelas donde miles de jóvenes de no pocos países vinieron a estudiar. De ahí el nombre actual de la Isla.
Esa vocación de recibir, educar, transformar, persiste y tiene un objetivo común: demostrar que la insularidad no es aislamiento, sino una fortaleza peculiar.
Este 195 aniversario no se celebra con gran grandilocuencia, sino con la conciencia clara de un patrimonio intangible. Nueva Gerona, al final es un sitio que se construyó con las manos, los sueños y la terquedad de quienes eligieron quedarse. No fue un accidente geográfico, sino una voluntad hecha piedra, cemento y comunidad.
En su aniversario, la ciudad no mira solo hacia su rico pasado, ve al horizonte, a ese mar que la rodea, pero no la limita. Con la serena convicción de que su mejor capítulo siempre está por escribirse.
Porque esta isla y su ciudad corazón, no esperan a que el destino las encuentre, ellas, como desde hace 195 años, sigue construyendo el suyo propio, paso a paso, con el andar de su gente.
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