La anatomía del nocaut

Aunque muchos historiadores deportivos consiguieron ponerse de acuerdo y plantean que el boxeo como espectáculo surgió durante el apogeo del imperio Romano, lo cierto es que los hombres luchan con los puños desde el mismo día en que comenzaron a vivir en comunidad e incluso el pugilato aparecía en el programa competitivo de los Juegos Olímpicos de la antigüedad.

Lo que ninguno de ellos ha podido precisar es el momento en que surgió el nocaut o fuera de combate, como también es conocido.

Se dice que en 1743 el padre del boxeo, el inglés Jack Broughton, en reglas preliminares estableció el conteo hasta los 30 segundos, que más tarde fueron bajadas a diez.

Desde entonces tampoco se ha podido definir la cantidad de muertes provocadas por golpes en el pugilismo profesional, y en varias oportunidades los partidarios de la abolición de dicha práctica denunciaron tolerancias en los reglamentos después de algunos períodos en los que no hubo accidentes fatales.

Pero, ¿Qué es el nocaut? Para el simple aficionado no es otra cosa que el momento cumbre de la pelea, algo similar al jonrón decisivo en el béisbol o al gol de la victoria en el fútbol. Sin embargo, detrás, desde el punto de vista médico, a pesar de que abarca realidades diferentes, el nocaut por un golpe o varios, da lugar a la conmoción cerebral, o sea, “una dramática pérdida de la conciencia causada por una alteración de las neuronas en la formación reticular de la propia base del cerebro”.

Existen tres vías para llegar al nocaut que trataré de explicar con la ayuda de la doctora Inés María Ledesma Miranda, del Instituto de Medicina Legal.

El nocaut reflejo por impacto violento, es un golpe que puede ocasionar una fractura del cráneo o una lesión orgánica grave en el encéfalo.

Este nocaut, cuando es por impacto violento en el hígado o en el plexo solar, origina fenómenos respiratorios y el dolor lleva aparejado un síncope verdadero, aunque el paciente permanece lúcido.

Una buena cantidad de muertes en el boxeo profesional han sido consecuencia del nocaut por golpes repetidos. Esa repetición determina una disminución en los reflejos y una auténtica anestesia que conducen a la mala defensa y la ineficiencia en la parada.

Las conmociones cerebrales repetidas en los llamados “fajadores” comienzan por provocar microlesiones y llegan hasta el edema cerebral y la hemorragia extradural.

Por último, el nocaut retardado puede ocasionarlo una isquemia cerebral pasajera por convulsión, donde aparece con rapidez un trauma.

En cualquier pelea de boxeadores profesionales no es extraño escuchar en la multitud rugientes voces que pedirán- tíralo, tíralo, tíralo- mientras que uno de los competidores golpea al oponente indefenso. Sencillamente ese público quiere ver el nocaut y nada más, pero cuando uno de los contendientes fallece, sin premeditación desde luego, ese público horrorizado al día siguiente tiene algo grande en que pensar y lamentar.

(*) Colaborador

 

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