X Alfonso y el aleteo de una mariposa, diez años después (+ Fotos y Video)

Son las 11 de la mañana de un día nublado en La Habana. La primera parada del P3, cerca del Puente de Hierro, comienza a llenarse. Casi se puede oír el mar. Hoy es un día de esos en que el viento tiene enamorado a las olas. Un ruido metálico se escucha de fondo.

–¿Niña, tú eres la última?, pregunta una señora.

Un carro del Ministerio del Turismo se detiene frente a nosotros. Una mujer dice: Hasta Santa Catalina.

–Me voy, me voy, grita la señora que ya compite con otras cuatro personas por abrir la puerta del Kia rojo.

El ruido de fondo se detiene. Alguien se ha tomado un descanso en la fábrica.

***

Con pulóver blanco y pantalón desteñido, X Alfonso camina arrastrando las chancletas sin despegar la vista del móvil. Durante los conciertos viste de negro y con el pelo suelto, pero hoy lo lleva recogido en pequeños moños con ligas blancas. De vez en cuando alza la vista y nos pregunta dónde queremos sentarnos. Casi parece un niño nervioso al que han sacado temprano de la cama.

Pero hay algo que parece despertar a X Alfonso. El color de los bancos y la bicicleta que adorna la terraza superior de Fábrica de Arte parecen sacarlo de ese estado somnoliento, propio de una mañana nublada.

–¿Ya terminaste la bicicleta? Pinta esos de rojos que después yo hago aquellas, indica al pintor, mientras alguien abre una sala para sentarnos.

No es de extrañar que X pinte, él mismo, los bancos. A fin de cuentas, su nuevo proyecto discográfico también ha nacido y crecido aquí, en este espacio colocado recientemente en el puesto número 16 de los 100 mejores lugares del mundo por la revista Time. Casi diez años, de los cuales ha pasado más de cinco construyendo Fábrica, llevan esperando sus seguidores por “Inside”.

Ya sentados, frente a una cámara y su representante de prensa, X se inclina hacia delante y hacia atrás y habla poco.

“Inside no es un álbum convencional. No va a salir físicamente. Es una especie de experimento y proyecto novedoso que estamos haciendo con Bonus Track, a través de experiencias, movimientos y ejercicios. Una aventura de la cual la gente será partícipe”.

No sorprende que pida no llamar a “Inside” un álbum, sino un proyecto. A X Alfonso siempre le ha gustado experimentar. Desde el techno, el rock, la trova, la música tradicional cubana y los ritmos afroantillanos, “X Moré” en el 2001 es un homenaje al bárbaro del ritmo y uno de esos experimentos que lo consagraron dentro de la historia musical de la Isla. Cuenta con temas como Oh, vida, ¡Qué bueno baila usted!, Y hoy como ayer, con los arreglos del también cantante de Síntesis.

En una de las salas superiores de Fábrica el cantante habla sobre Cambio, el primero de seis sencillos que irán apareciendo desde hoy hasta el próximo año. Sus ojos van y vienen, de arriba abajo, como si buscaran alguna respuesta en el cielo y la tierra. ¿X Alfonso cree en Dios? X Alfonso se ha casado en la India y toma el efecto mariposa como una filosofía de vida, una teoría física del matemático y meteorólogo, Edward Lorenz, cuyo origen es el proverbio chino: “El aleteo de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo”.

Sus canciones buscan con frecuencia despertar la conciencia, sobre la base de que una pequeña acción puede provocar grandes efectos. Precisamente por ello la portada de “Inside” es una mariposa.

“La mariposa significa el alma en muchas filosofías y creo que es lo que hay que verse ahora mismo. Sobre todo, en estos tiempos tan pesados. Creo en la gente. Se ha demostrado todo el tiempo que la gente tiene muchas ganas de echar para adelante. De ahí van mis mensajes, hacia estas personas que arriesgan todo lo que tienen para echar para adelante”.

En los últimos días algunas mariposas han ido apareciendo en calles y fachadas de La Habana. Tanques, pedazos del malecón y parques han sido testigos de la campaña que el equipo de X Alfonso ha creado para este lanzamiento.

Cómplice, el músico comparte una mirada con su representante de prensa y dice que “esto es una fusión de casi todos los elementos que están sucediendo hoy en día, pero es mucho más grande que un disco y lo iremos comprobando”.

X Alfonso luce feliz. De hecho, casi siempre hay un brillo en su mirada. Uno no puede dejar de sorprenderse entonces por el dolor de sus letras. Sus canciones acaban siendo a veces una oda a la tristeza. Arenas de soledad y De corazón son casi un esfuerzo titánico por sostener la melancolía. Incluso sus videos recurren a imágenes congeladas en blanco y negro de rostros solitarios.

Santiago Feliú, uno de sus referentes, admitió ser un adicto al “bajo cero” (la depresión), la melancolía y el desamor. Sin embargo, X ha reconocido anteriormente que “en la vida hay que ser positivo y que la felicidad está en despertarse y poder transmitir toda esa buena energía a la gente”.

Quizás por ello X parece feliz. Nervioso y feliz. Hoy sale su primera canción en casi 10 años y lo sabe. Dicen que a Joaquín Sabina antes de salir a cantar se le seca tanto la boca que siempre lleva consigo un vaso con sal. Frida Khalo, en cambio, hizo de un jardín su refugio ante los nervios.

X mira arriba y abajo.

X pinta de rojo los bancos de su fábrica.

***

–¿Usted es el último?, preguntamos.

Un carro estatal se arrima.

–Hasta el Acapulco, saca la cabeza el chofer, y ya hay dos señoras montándose.

El representante de prensa de X Alfonso atraviesa la parada con sus audífonos. Quizás vaya escuchando Cambio.

El ruido metálico se escucha de nuevo. X Alfonso estará pintando sus bancos.

Al otro lado del mundo una mariposa mueve sus alas.