Casi ni se habla ya del caracol gigante africano, pero no debemos descuidarnos del peligroso molusco, pues aún se mantiene en algunos patios como en Sierra Caballos. Esa especie invasora exótica es centro de un esfuerzo de la Defensa Civil Nacional, por ser portadora de parásitos dañinos para el ser humano –al que puede infectar y provocarle meningoencefalitis eosinofílica– y otras especies. Entre las medidas para su control están no botarlo vivo en ríos, solares, calles o en la basura, ni usarlo como carnada, como tampoco tener contacto directo con la baba ni consumir alimentos sin lavar. Para eliminarlo puede destruir la concha y enterrarlo o arrojarlo a la basura en bolsa hermética, quemarlo de forma segura o sumergirlo en solución de sal o cal por 24 horas.
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