Resulta gratificante la alegría de un niño cuando monta columpio, cachumbambé o se desliza por la canal; al disfrutar de esos mágicos aparatos los pequeñines se sienten superhéroes. ¡Enhorabuena! están los tradicionales parquecitos. Este, de la barriada Abel Santamaría, muestra no solo cómo se recrean los infantes con los pocos equipos que funcionan, sino también cuántos permanecen rotos y reclaman a la entidad responsabilizada reparación urgente ante el deterioro.
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