Uvero: mayoría de edad de la guerrilla

Tras el desembarco del yate Granma el dos de diciembre de 1956 en la playa Las Coloradas, la guerrilla del Movimiento 26 de Julio comandada por Fidel Castro Ruz es batida en Alegría de Pío, tres días después. Esta la conforma un único grupo que consigue reagruparse al finalizar el propio mes.

La tropa al ser sorprendida en los Altos de Espinosa entabla los combates de La Plata –primera victoria del naciente Ejército Rebelde– y de Arroyo del Infierno, y otra vez está a punto de serlo en la región de Gaviro; había un traidor infiltrado que conduce tres veces al ejército del dictador Fulgencio Batista hacia el lugar donde estaba acantonada y tiene la perversa encomienda de matar a Fidel.

No obstante esos escollos, la guerrilla adquiere el control absoluto de una zona de la Sierra Maestra extendida más allá del Pico Turquino y no solo se viste de yarey (la nutren campesinos), también se unen a los expedicionarios del Granma, obreros, voluntarios individuales, fuerzas enviadas por el Directorio Nacional y de la entonces provincia Oriental.

Con la amarga experiencia sufrida, la vida dura de las montañas y el refuerzo de una columna de 50 hombres cada uno con su arma, distribuidos en cinco pelotones, se gana el temple de veteranos al estar en mejores condiciones para emprender enfrentamientos de mayor envergadura.

La nueva tropa incorporada a la gesta revolucionaria recibe su bautismo de fuego en el combate de El Uvero, de casi tres horas de duración, que resulta un ataque frontal de grandes proporciones a la luz del día contra una guarnición enemiga bien defendida, el cual es muy costoso en vidas valiosas.

“(…) Nuestros hombres tomaron por asalto cada posición avanzando sobre las balas y combatiendo largamente. Todo lo que se diga acerca de la valentía con que lucharon no acertaría a describir el heroísmo de los combatientes (…)”, así lo dice Fidel Castro Ruz en el informe que le hiciera a Frank País García respecto al ataque del 28 de mayo de 1957 al fortín militar, situado en la localidad costera de El Uvero, en la Sierra Maestra.

En otra parte del mensaje el líder revolucionario detalla: “(…) Los nuevos ingresos no se quedaron atrás, y me sorprendió la eficacia con que actuaron. Almeida dirigió un avance casi suicida con su pelotón. Sin tanto derroche de valor no hubiese sido posible la victoria (…)”.

Fidel hace alusión al documento en su discurso pronunciado en el acto conmemorativo por el octavo aniversario de la batalla de El Uvero por las fuerzas del Ejército Rebelde contra los soldados del régimen tiránico.

Al decir de Ernesto Guevara la Serna, participante en la batalla, en su libro Pasajes de la guerra revolucionaria, esa victoria marcó la mayoría de edad de la guerrilla, porque se acrecentó su moral, la decisión de vencer o morir de sus hombres y la seguridad en el triunfo, conquistado un Primero de Enero de 1959.

A casi 60 años de aquel ataque a ese cuartel de la dictadura , ni el pueblo cubano ni los hermanos combatientes olvidaremos jamás su trascendencia histórica y menos aún a los caídos bajo las balas enemigas, pues para nosotros no han muerto, viven en cada obra de la Revolución.

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Historia Isla de la Juventud
Mayra Lamotte Castillo
Mayra Lamotte Castillo

Licenciada en Periodismo en la Universidad de La Habana; tiene más de 40 años en la profesión.

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