Única e histórica visita de Camilo

Foto: Archivo

“¡Muchachos, miren para acá, ya estamos llegando, esta es la Isla, yo tampoco la conozco!”, exclamó el Comandante del Ejército Rebelde Camilo Cienfuegos Gorriarán desde el pequeño avión bimotor Cessna en el que siempre viajaba.

Lo acompañaban el piloto, el copiloto, Roberto Sánchez  Bartelemy –Capitán Lawton–  jefe de los escoltas y otros dos escoltas: uno de ellos, Lorenzo Londres Vega, jubilado con el grado de capitán del Ministerio del Interior, residente hoy en el reparto Abel Santamaría Cuadrado.

Aterrizaron en el aeropuerto viejo en las primeras horas del 17 de febrero de 1959, dejaron instrucciones de que ninguna persona podía arrimarse a la aeronave y partieron a pie hacia el Reclusorio para Hombres para cumplir su misión: conocer la situación existente en la entonces Isla de Pinos, hoy Isla de la Juventud, consolidar el poder de la Revolución, poner orden en el penal donde aún estaban viejos vigilantes de la dictadura batistiana y solucionar el quebrantamiento de la disciplina de los presos comunes alentados por la mano invisible imperial.

El Héroe de Yaguajay habló a los detenidos dándoles confianza en que sus derechos serían respetados, sustituyó a los principales funcionarios del recinto carcelario, organizó la Policía Nacional Revolucionaria, dejó otras instrucciones y marchó a Nueva Gerona.

Lo hospedaron en el pequeño y viejo hotel Casa Mañana, situado en la hoy unidad de bomberos, y siguió hacia el centro de la ciudad.

Visitó el Ayuntamiento, los pobladores al reconocerlo le mostraron su cariño y lo siguieron, mientras el Señor de la Vanguardia saludaba sonriente a quienes hallaba a su paso. Almorzó en el restaurante del chino León, situado en las inmediaciones del Café Nuevo Virginia, y se detuvo allí, en la calle Martí esquina 24, donde ahora hay una tarja en la cual así consta. Posteriormente dirigió la palabra a la multitud presente: “(…) Fidel va a cambiar tanto Isla de Pinos que ni ustedes mismos la van a conocer (…)”.

Luego llegó hasta la casa museo finca El Abra, hoy Monumento Nacional, porque quiso rendirle tributo a José Martí y en el libro del visitante estampó su firma, y recorrió otros sitios…

En el testimonio ofrecido al periódico Victoria hace unos años por el combatiente del Ejército Rebelde Lorenzo Londres Vega, uno de los custodios, recordó:(…) Ese día casi no durmió porque llegó de madrugada, me pidió que no dejara pasar a más nadie ya que  debía trabajar y se puso a escribir. Le pregunté cómo lo habían tratado los pineros y respondió: ‘Es un pueblo muy humilde, cariñoso; ahora hay que hacer la Revolución’. Al otro día, el 18, regresamos a la capital cerca de las diez de la mañana”.

Nutrirnos de los ideales de los mártires, heroínas y héroes de la Patria, como Camilo Cienfuegos, nos permite hacernos más fuertes en la defensa de la Revolución y librar cualquier batalla como el enfrentamiento a la pandemia causada por la covid-19.

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Mayra Lamotte Castillo
Mayra Lamotte Castillo

Licenciada en Periodismo en la Universidad de La Habana; tiene más de 40 años en la profesión.

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